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10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental 

La infancia y la adolescencia son etapas clave para formar la autoestima, la identidad y la autonomía emocional

Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que busca visibilizar la importancia del bienestar emocional como parte fundamental de la salud integral. Este año, el lema propone una ruta clara de acción: Empoderar, conectar y cuidar, especialmente enfocada en la infancia y en la juventud, quienes representan el futuro de nuestra sociedad, señaló el MSP Pedro Pablo Govea González, Coordinador Estatal de Salud Mental y Adicciones de los Servicios de Salud del Gobierno del Estado.

Agregó que, es importante atender la salud mental desde la infancia, ya que las experiencias emocionales de los primeros años tienen efectos que acompañan a las personas durante toda su vida. El ignorar las señales de sufrimiento emocional puede derivar en trastornos como: ansiedad, depresión, autolesiones, violencia o adicciones. Un infante no escuchado, no validado, no atendido puede convertirse en un joven sin motivación, desanimado, sin metas, sin esperanza. En cambio alguien que ha crecido en un ambiente familiar respetuoso, coherente y amoroso se puede convertir en un adulto pleno y solidario.

Y para lograr que las infancias y juventudes crezcan con ese equilibrio emocional, es necesario construir entornos que no solo protejan, sino que fortalezcan sus capacidades internas, es decir que empoderen. El empoderar, significa dar voz y herramientas, escuchar sus emociones, respetar sus opiniones y brindar las habilidades para manejar el estrés, crear los espacios para que expresen lo que sienten y proporcionar los caminos para pedir ayuda cuando lo necesiten. La infancia y la adolescencia son etapas clave para formar la autoestima, la identidad y la autonomía emocional. Infancias y juventudes empoderadas serán personas más seguras, resilientes y capaces de enfrentar los desafíos de la vida, siempre respetando la dignidad y libertad de su semejante, puntualizó Govea González.

Sin embargo, aclaró que el empoderamiento no se logra en soledad, debe ser sostenido por redes afectivas y comunitarias. El Conectar, crea redes de apoyo que protegen la salud mental, ya que implica fortalecer los lazos entre las familias, escuelas, instituciones y comunidades para que cada infante y joven sepa que no está solo. Los entornos donde existen vínculos afectivos seguros inciden directamente en la disminución de ansiedad, depresión, violencia o consumo de sustancias.

Finalmente el experto destacó que donde hay conexión, hay protección. Recordar que toda conexión debe estar basada en el acto más esencial: cuidar. Al hablar de “cuidar”, es garantizar entornos seguros y afectivos, donde se validen las emociones, se prevenga el maltrato, se detecten a tiempo las señales de alerta y se brinde el acompañamiento oportuno, digno y cálido. Cuidar la salud mental infantil y juvenil es una responsabilidad colectiva que requiere sensibilidad. Es muy importante destacar que el vigilar y atender la salud mental desde la infancia y juventud no es una opción, es urgente, si elegimos empoderarles, conectarles y cuidarles, estaremos dando las bases para una sociedad más respetuosa, equitativa, digna y justa para todos.