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Al estilo de la mafia, El Viejito Verde genera caos en Catorce

Comerciantes y hoteleros señalan directamente a un grupo presuntamente cercano al propio edil, asegurando que, con autorización municipal, se habría adueñado del túnel

La operación del túnel Ogarrio, única vía de acceso terrestre a Real de Catorce, se vio envuelta recientemente en señalamientos de desorganización, cobros irregulares y presunta intervención del crimen organizado, lo que derivó en un colapso durante las dos semanas de mayor afluencia turística por las celebraciones del Día de Muertos. Visitantes denunciaron filas de hasta cuatro horas para abandonar el Pueblo Mágico, provocando malestar, tensión y preocupación por la ausencia de coordinación en el tránsito vehicular, mientras comerciantes y hoteleros advierten afectaciones directas en la experiencia de los turistas.

De acuerdo con habitantes del municipio, las personas que durante años se encargaron de organizar las entradas y salidas del túnel fueron desplazadas sin explicación clara, y ahora hombres desconocidos controlan el cobro del acceso, así como la revisión de estacionamientos. Lo anterior genera inquietud debido a que no existe información pública sobre el destino de los recursos, ni ingreso a las arcas municipales. La falta de transparencia y el cambio repentino en la administración del acceso han alimentado versiones que apuntan a la participación de grupos criminales en la operación del túnel, generando alarma entre la comunidad.

El alcalde Javier Sandoval, conocido como “El Viejito Verde”, atribuyó este control irregular al crimen organizado; sin embargo, comerciantes y hoteleros señalan directamente a un grupo presuntamente cercano al propio edil, asegurando que, con autorización municipal, se habría adueñado del túnel. Esta acusación ha provocado un fuerte descontento entre sectores económicos del Pueblo Mágico, quienes afirman que la intervención ilegal ha profundizado el caos logístico en la movilidad turística, especialmente durante días de alta demanda. La falta de presencia oficial agrava la percepción de que el control se ejerce con total impunidad, sin supervisión legal alguna.

Durante el fin de semana, turistas compartieron experiencias que evidencian largas esperas, mala organización y deficiente coordinación policial. Una visitante relató que un solo elemento de seguridad trató de dirigir a cientos de personas, cambiándolos de fila en repetidas ocasiones, lo que incrementó el tiempo de espera bajo el sol. Otros reportes indicaron que, durante la mañana, las filas para cruzar en camionetas guiadas se extendieron hasta tres horas, creando un ambiente de frustración entre familias, adultos mayores y visitantes extranjeros. Además, se denunciaron servicios con precios elevados, estacionamientos saturados y ausencia de personal capacitado.

Las quejas también señalan fallas en infraestructura turística básica. Visitantes destacaron la falta de vallas de protección en zonas de barranco y la inexistencia de vigilancia adecuada en puntos críticos, lo que representa un riesgo potencial para transeúntes y vehículos. Algunos autobuses incluso abandonaron pasajeros al no poder esperar más tiempo, obligando a turistas a encontrar medios alternativos para regresar a sus destinos. Esta situación ha generado preocupación entre operadoras de turismo, quienes advierten posibles afectaciones económicas si el problema persiste. “Si no se actúa de inmediato, el flujo turístico podría disminuir seriamente”, expresaron algunos prestadores de servicios.

Sumado al problema logístico, habitantes criticaron la ausencia total de un programa cultural organizado por el ayuntamiento, elemento que históricamente distinguía a Real de Catorce durante estas fechas. La falta de actividades artísticas, recorridos culturales y ceremonias tradicionales fue considerada por visitantes como una pérdida significativa para la identidad del sitio. Prestadores de servicios turísticos afirman que, sin estas actividades, el atractivo del Pueblo Mágico se reduce drásticamente, afectando la economía local y deteriorando la experiencia del visitante.