La mayoría de los felinos tienen una inclinación natural a usar el arenero, ya que instintivamente buscan áreas con textura similar a la tierra para hacer sus necesidades. El proceso de entrenamiento debe comenzar desde muy pequeños, presentándoles el hábito de usar la caja de arena, pero ¿Cuáles son los pasos para enseñarles?
El primer paso crucial es estar preparado con los suministros adecuados. Para un gatito, esto implica elegir una caja de arena bajita que le permita entrar y salir con facilidad. Además, seleccionar el tipo de arena más cómodo para el felino es importante, prestando especial atención a evitar que los gatitos, en sus primeros meses, ingieran la arena, ya que esto puede provocar problemas estomacales e infecciones.
Para asegurar el éxito en el entrenamiento, la ubicación y el tipo de arenero y arena son fundamentales. Se recomienda elegir una caja de arena lo suficientemente grande y profunda —para que el gato pueda girar completamente y cubrir sus necesidades meticulosamente— y situarla en un lugar accesible pero íntimo. Nunca se debe colocar cerca de su comida y agua, ni en áreas ruidosas, oscuras o frías.
En cuanto a la arena, se sugiere optar por una variedad compacta, aglomerante y que absorba olores. La caja debe rellenarse a una profundidad habitual de unos 7 cm.
El proceso de entrenamiento requiere de paciencia y compromiso por parte del dueño, ya que no todos los gatitos aprenden de inmediato y se necesitará práctica. Una vez que el gatito comienza a usar el arenero, el mantenimiento de la caja es vital para la salud y la continuidad del hábito.






