Cuando comienzan los primeros malestares que podrían confundirse con una gripe común, es importante considerar que tal vez se trate de influenza, una enfermedad que suele iniciar de forma abrupta y cuyos síntomas pueden comprometer la salud con mayor severidad. Por ello, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) pidió a la población conocer las diferencias clave entre ambas afecciones para evitar complicaciones y contagios.
Ambas enfermedades afectan las vías respiratorias, pero la influenza es más agresiva y puede derivar en cuadros graves, especialmente entre niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Mientras que el resfriado común aparece de manera progresiva con congestión nasal, estornudos, dolor de garganta y tos con mucosidad, la influenza irrumpe rápidamente.
Entre los síntomas más frecuentes de la influenza se encuentran fiebre alta de hasta 40°C, escalofríos, dolores musculares intensos, cansancio extremo, dolor de cabeza y tos seca. En el caso de niñas y niños, también puede presentarse vómito, diarrea y malestar estomacal.
El resfriado suele durar pocos días y rara vez causa complicaciones. En contraste, la influenza puede provocar neumonía, infecciones secundarias, descompensación de padecimientos preexistentes e incluso llevar a hospitalización o muerte si no se atiende oportunamente.
Ante la presencia de síntomas compatibles con influenza, el ISSSTE recomendó no automedicarse y acudir de inmediato a valoración médica para confirmar el diagnóstico y, de ser necesario, iniciar tratamiento antiviral, el cual puede reducir la intensidad y duración de la enfermedad. También se sugirió descansar adecuadamente para favorecer la recuperación.






