La salvia blanca ha sido utilizada durante siglos por distintas culturas como una herramienta sagrada de limpieza energética. Su humo es reconocido por ayudar a disipar energías densas, renovar el ambiente y atraer paz, claridad y armonía al hogar.
¿Qué necesitas?
• Un manojo de salvia blanca
• Un recipiente resistente al calor (cenicero, vasija o bowl de barro)
• Cerillos o encendedor
• Una pluma, abanico o tu mano para dirigir el humo
Cómo realizar el ritual
1. Establece tu intención
Antes de comenzar, respira profundo y piensa en lo que deseas lograr con este ritual. Puedes decir en voz alta o mentalmente: «Purifico este espacio de toda energía negativa y lo lleno de luz, paz y protección.»
2. Enciende la salvia
Prende la punta del manojo de salvia. Deja que arda unos segundos y sopla suavemente para apagar la flama, permitiendo que el humo comience a elevarse.
3. Inicia la purificación
Comienza en la entrada principal de tu hogar. Avanza por cada habitación en sentido de las agujas del reloj. Deja que el humo recorra las paredes, rincones, puertas y ventanas; especialmente los lugares donde percibes energía estancada. Usa la pluma o el abanico para dirigir el humo.
4. Permite que la energía fluya
A medida que avanzas, abre ventanas y puertas para que la energía negativa pueda salir y el espacio reciba una vibración más fresca y ligera.
5. Cierra el ritual
Cuando hayas recorrido toda la casa, apaga el manojo de salvia presionándolo suavemente contra el recipiente resistente al calor, sin usar agua. Tómate un momento para sentir cómo cambió el ambiente: respira, agradece y permite que la nueva energía se asiente.
