Originario del municipio de Cedral, Isaac Azael Juárez Martínez creció rodeado de números, curiosidad y un brillo especial para resolver problemas que para muchos parecían imposibles. Desde muy pequeño, mostraba fascinación por las ecuaciones y los desafíos matemáticos, pasión que no solo mantuvo, sino que convirtió en un camino de disciplina, estudio y logros excepcionales.
Heredó también la vocación y la entrega de su madre, la profesora Isabel Cristina Martínez Alvarado, quien durante más de 26 años formó generaciones enteras en el Colegio de Bachilleres Plantel 03. Ella no solo enseñó Matemáticas: sembró seguridad, constancia y amor por el conocimiento en decenas de jóvenes que hoy recuerdan sus clases como un impulso decisivo en sus vidas. Ese mismo espíritu formativo acompañó siempre a Isaac.
El talento del joven potosino comenzó a brillar con fuerza hacia finales de 2024, cuando, siendo estudiante de la Secundaria Técnica 5, obtuvo la medalla de bronce en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas, celebrada del 4 al 9 de noviembre en Oaxtepec, Morelos. Ahí, frente a los mejores seis alumnos de cada uno de los 32 estados del país, Isaac no solo demostró dominio, sino carácter, temple y una comprensión profunda de la lógica matemática.
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Su resultado lo impulsó a otro logro mayor, ser preseleccionado para representar a México en la Olimpiada de Centroamérica y del Caribe, gracias a obtener una de las ocho puntuaciones más altas a nivel secundaria. Un reconocimiento reservado únicamente para quienes han demostrado verdadero talento y potencial internacional.
Pero su historia no se detuvo ahí. Este 2025, volvió a Oaxtepec para participar en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas (OMM 2025), realizada del 16 al 21 de noviembre, donde nuevamente puso el nombre de Cedral y de San Luis Potosí muy en alto, enfrentándose a los mejores estudiantes preuniversitarios de todo el país.
El camino de Isaac Azael es la suma de talento, esfuerzo y sueños. Es también el reflejo del apoyo constante de sus maestros, de su familia y de una madre que dedicó su vida a la enseñanza y a inspirar a los demás. Hoy, Isaac no solo es un orgullo para su municipio, es un ejemplo vivo de que la pasión, acompañada de disciplina, puede transformar cualquier sueño en una conquista memorable. Cedral lo mira con admiración y México lo observa con esperanza. El futuro, sin duda, seguirá siendo suyo.
