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Mito las propiedades digestivas del vino

Consumo puede causar obesidad

Según la Encuesta Nacional de Adicciones, ingerir dos copas de vino al día convierte a la persona en bebedora de bajo nivel.

Con motivo de las festividades de fin de año la ingesta de bebidas alcohólicas se incrementa en forma sensible y en muchas ocasiones los bebedores justifican su consumo al atribuir supuestas propiedades digestivas y energetizantes o vigorizantes al vino, lo cual es un mito, ya que está plenamente comprobado que estos productos ocasionan severos daños a la salud.
En la actualidad existen muchas ideas para justificar el consumo diario de vino. Especialistas de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE advierten que “el aporte de energía” que ofrecen estas bebidas es engañoso, ya que si se toman altas cantidades de alcohol junto con comida muy pesada para el estómago, éste no va a poder manejar los dos elementos al mismo tiempo.
Por lo tanto, sólo se ocupará de eliminar el vino del organismo y almacenará la grasa de la comida. Es por ello que cuando se toma alcohol de manera constante las personas tienden a subir de peso y tener problemas de obesidad, pues cada mililitro equivale a 7 calorías.
La sensación de mayor vigor o energía tras ingerir alcohol la provocan los efectos de toxicidad generados en el organismo luego de llegar la sustancia al hígado, por lo que el individuo percibe una ligereza estomacal.
El vino es muy irritante para el estómago y un mecanismo de defensa que éste activa es la sensación de apetito, ya que de esta forma el sistema digestivo envía un mensaje al cerebro para generar la sensación de hambre y así forzar al individuo a ingerir alimentos que ayuden a proteger la mucosa del estómago.
De no haber alimentos previamente, la acción de los jugos digestivos y el alcohol puede provocar úlceras, perforación del estómago o intestinos, gastritis y otras complicaciones graves para el aparato digestivo.
La Encuesta Nacional de Adicciones refiere que tomar dos copas de vino a la semana es suficiente para considerar al individuo como un bebedor de bajo nivel. Esto puede ser una llamada de atención a tiempo para las personas que tienen esa costumbre, pues es muy difícil distinguir la línea que los separa de los bebedores que ya están en otros niveles más delicados por la ingesta de alcohol.
Por lo anterior es muy importante tomar conciencia sobre las consecuencias de ingerirlo en grandes cantidades, las cuales pueden ir desde simplemente aumentar de peso hasta graves complicaciones gastrointestinales.