La verdad sobre la captura, detención o entrega de Ismael “el Mayo” Zambada dará mucho de qué hablar en los siguientes años y San Luis Potosí no puede sustraerse de los efectos de este episodio de la narcohistoria de México.
La evolución del crimen organizado acapara, hoy en día, casi todos los sectores económicos de la población con tentáculos, lo mismo en el sector público que en el privado, en el campo que en la ciudad, en la carretera que en fiestas infantiles. Si hay sectores que están a salvo, se cuentan con los dedos de una mano y sobran.
San Luis Potosí fue, durante muchos años, territorio neutral, territorio seguro para los cárteles y sus jefes. Eran los tiempos del legendario comandante Miguel Naya Guerrero, que solía confiar a los reporteros que su trabajo era evitar que la población fuera blanco del crimen organizado, así que se aseguraba de que, cuando pasaran por territorio del potosí, no asaltaran, no secuestraran y no dejaran aquí la droga que distribuían.
La ubicación estratégica de San Luis Potosí le ubica como paso obligado de todos los grupos delictivos que existen en el País porque es la vía necesaria para llegar a los Estados Unidos.
Los tiempos violentos más severos para San Luis Potosí se vivieron en el gobierno del priísta Fernando Toranzo; aún se habla de sus vínculos con los capos de la época, en el 2011, son parte de la historia delictiva, sus bacanales en un rancho de Catorce con Eriberto Lazcano “el Lazca” uno de los más violentos líderes del cartel de los zetas. Algunos olvidan, por conveniencia, la detención y luego extradición de “el Hummer”, o la aprehensión en Vanegas de Miguel Treviño Morales, mejor conocido como “el Z 40”. El dominio zeta San Luis Potosí durante el toranzato fue documentado por las autoridades de Estados Unidos.
Algunos priìstas, que aún ostentan cargos públicos, se encargaban de ir por maletas de dinero a la frontera, lo que causó, en aquel momento (2009), fuertes pleitos entre los cercanos del toranzato, entre ellos Jesús Conde Mejía, Martín Toranzo y Alejandro Leal, todos se acusaban de “chingarse la lana del narco”.
Es memorable la historia de una discusión entre el hoy diputado verde, Oscar Bautista Villegas, y Martín Toranzo en los pasillos de lo que era la Casa de Gobierno: Bautista le reclamó a Martín que divulgara que era un ratero: Sí soy, pero a usted no le he robado nada cabrón y como quiera nos arreglamos” le habría dicho Bautista al poderoso hermano del gobernador Toranzo.
En el Carrerato, la violencia por la disputa del territorio continuó, los capos decidieron infiltrarse en la sociedad potosina y comenzaron a vivir en residencias de las zonas mas fifí de la capital.
Debilitados los zetas, el Cartel del Golfo retomó el control del estado, pero tuvieron que pelear con el cartel de los Alemanes, pertrechado en Guadalcázar, amos de la extorsión, el tráfico de migrantes, asalto a traileros en la carretera 57, tramo Villa Hidalgo- Matehuala.
El Cartel del Golfo, dominante en Tamaulipas, parte de Veracruz e Hidalgo. Según datos del sistema nacional de seguridad, este grupo delictivo es dominante en San Luis Potosí.
En el Gallardato, primero el general Guzmar Castillo y ahora el exfiscal, José Luis Ruiz Contreras, han mantenido en paz a la entidad, no sin episodios de enfrentamientos y disputas, sobre todo en la zona limítrofe con Zacatecas donde el Cartel de Sinaloa, en esta región del país, conocido como “el cartel de los Mayos” con los alemanes como aliados, defienden a sangre y fuego su territorio; mientras que en la zona de Villa de Reyes, Villa de Arriaga y Santa María, el CJNG ha intentado incursionar incluyendo labores sociales como repartición de juguetes, despensas y otros beneficios para la población de la zona.
La captura o entrega del legendario líder del cartel de Sinaloa seguro tendrá efectos que aún desconocemos, porque todo indica que los grupos delictivos están en alerta, para lo que se ofrezca y a la expectativa del gobierno de Claudia Sheinbaum que inicia en octubre.
Estaremos aquí para contarlo.