El matador potosino Fermín Rivera Agüero, heredero de una reconocida dinastía taurina, está próximo a cumplir 20 años de haber tomado la alternativa en la Monumental Plaza México, un aniversario que coincide con una carrera sólida, respetada y en constante evolución dentro de los ruedos. De carácter reservado, fino y sencillo, el torero compartió un repaso por su trayectoria, sus raíces y las metas que aún desea alcanzar.
Rivera recordó que su formación ha sido resultado de años de esfuerzo y dedicación, más allá del apellido que porta. “A base de esfuerzo y de años mostrando lo que quiero ser como torero, me he forjado como Fermín Rivera. Si bien tengo la descendencia de mi abuelo, creo que ya he forjado mi nombre propio. El Fermín actual es honesto y tiene grandes metas por cumplir”, expresó.
El matador se describió como una persona transparente, que busca mantener en equilibrio su vida profesional y familiar. “Creo que soy una persona con deberes como hijo, padre y esposo, siempre tratando de ser honesto y mostrar lo que soy, esté contento o no”, comentó.
Rivera proviene de una familia profundamente vinculada a la tauromaquia. Desde niño creció rodeado de toros, tentaderos y ganaderías, especialmente la de su abuelo, donde pasó gran parte de su infancia. “Vengo de sangre taurina. Conviví con toreros cercanos y con mi tío Curro Rivera. Todo eso te empapa y te apasiona la fiesta. Muchos en mi familia vivieron lo mismo y no se hicieron toreros; creo que uno ya lo trae desde nacimiento”, afirmó.
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El matador recordó el día de su alternativa, el 6 de noviembre de 2005 en la Plaza México, cuando recibió el doctorado de manos de “El Ciclón” Eulalio López y ante la presencia de Enrique Ponce. El toro de la ceremonia se llamó Soberano, de la ganadería Fernando de la Mora. Aunque escuchó ovación en su primera faena, admitió que su segunda intervención no fue afortunada al recibir los tres avisos. Ese mismo año toreó únicamente una tarde más, sin trofeos. Para 2006 sumó diez festejos, con una oreja lograda en San Luis Potosí ante un toro de José Garfias.
Finalmente, invitó a la afición taurina a acompañarlo en su próximo compromiso: una encerrona el 21 de noviembre a las 20:00 horas en la Plaza de Toros El Paseo, donde espera brindar una noche memorable. Durante la presentación del evento, Rivera lidió un novillo cárdeno bragado, nevadito y delantero de pitones, demostrando una vez más la calidad que lo ha distinguido durante dos décadas de carrera.

