El Congreso de la Ciudad de México aprobó la prohibición de las corridas de toros con violencia, eliminando el uso de picas y espadas, así como protegiendo los cuernos de los toros para evitar lesiones.
La iniciativa, impulsada por la alcaldesa Clara Brugada y aprobada con 61 votos a favor y uno en contra, busca transformar la Plaza de Toros México en un espacio de cultura y espectáculos sin sufrimiento animal. “No se busca la desaparición de la tauromaquia, sino su evolución”, afirmó el legislador Víctor Hugo Romo.
La decisión fue celebrada por activistas, pero generó protestas entre toreros y aficionados, quienes intentaron ingresar al Congreso con pancartas en defensa de la tauromaquia. El dictamen entrará en vigor en 210 días, periodo en el que el gobierno deberá establecer las reglas para las nuevas corridas sin sangre.