La ciudad se enorgullece al ser la cuna de dos campeones que están dejando su huella en el mundo del atletismo: Luis Fer Almanza y Alicia Carrizales. En una entrevista exclusiva con El Tiempo del Altiplano, la pareja abrió su corazón para compartir la fascinante historia de cómo un pasatiempo se convirtió en una pasión que los ha llevado a la cima.
Un perro llamado “Mortis”
La historia de Fer comenzó de la manera más inesperada hace siete años, cuando buscaba una forma de mantenerse en forma y despejar su mente. Su compañero de entrenamiento era su fiel perro “Mortis”, un bóxer que, con su energía inagotable, lo motivaba a levantarse cada mañana.
Fer relata con nostalgia un recuerdo que atesora como el inicio de todo: un día, a las 4 de la mañana, se puso los tenis y salió a trotar con Mortis. Aunque la mayor parte del trayecto lo hizo caminando, ese momento marcó la chispa que encendió su sueño de convertirse en un campeón.
Su primera competencia fue un 5K en el Parque Álvaro Obregón. Los nervios lo traicionaron al ver a los atletas más experimentados, obligándolo a hacer una parada en los baños públicos. Cuando salió, la carrera ya había iniciado. Sin dudar, se unió al grupo del 3K. Al cruzar la meta, sintió una satisfacción inmensa, un sentimiento que, sumado a la emoción de ver a sus hijos correr, lo impulsó a seguir adelante.
Lluvia de medallas en el Campeonato Nacional
La dedicación de Fer y Alicia ha dado frutos espectaculares. Recientemente, en el Campeonato Nacional de Atletas Máster, celebrado en San Luis Potosí, Fer Almanza se alzó con la victoria en varias disciplinas, llevándose a casa cuatro medallas. Su esfuerzo se tradujo en tres oros: 10,000, 5,000 y 1,500 metros planos, además de un bronce en el relevo 4×400.
Alicia Carrizales, su compañera de vida y miembro del equipo Atletas Almanza, no se quedó atrás, logrando cinco medallas: un bronce en 5,000 metros planos, una plata en el relevo mixto de 100 metros (su debut en esta disciplina), dos platas en 3,000 metros planos y relevo 4×400, y un bronce en 1,500 metros planos.
La escuela Atletas Almanza
Fer y Alicia coinciden en que la verdadera motivación detrás de su éxito son sus hijos. El apoyo mutuo y la disciplina que se inculcan a diario son la clave para alcanzar sus metas.
Inspirado por la pasión que el atletismo despertó en él, Fer fundó la escuela Atletas Almanza. Su objetivo va más allá de formar deportistas: busca transformar vidas, ayudando a sus alumnos a alejarse de vicios y a canalizar su energía hacia el deporte. Alicia, por su parte, aporta su carisma y motivación para inspirar a cada uno de los jóvenes.
El sueño más grande de la escuela es ver a sus alumnos en los Juegos Panamericanos, Centroamericanos y, algún día, en los Juegos Olímpicos.
Concentrado en los Centroamericanos
El siguiente gran reto para Fer es obtener una medalla en los próximos Juegos Centroamericanos en noviembre, donde representará con orgullo a México, San Luis Potosí y, por supuesto, a Matehuala. También tiene la mira puesta en el desafío de los maratones, con la esperanza de representar a su país en esa disciplina.
Antes y después
En un momento de emotiva sinceridad, la pareja de campeones quiso compartir un detalle muy personal. Con profunda gratitud, expresaron que el atletismo no solo les ha dado medallas, sino que también salvó la vida de Fer. Revelaron que, antes de encontrar en el deporte una pasión, Fer Almanza se encontraba atrapado en una lucha contra el alcoholismo y el tabaco.
El atletismo se convirtió en su salvación, el camino que lo alejó de los vicios y le dio un nuevo propósito, demostrando que la disciplina y el apoyo de la familia pueden cambiarlo todo.
“Cruzar la meta es el premio a tu esfuerzo, sin importar en qué lugar llegues; todos los momentos son especiales.”
— Alicia Carrizales y Fer Almanza