La violencia empañó la noche de futbol en el Estadio Libertadores de América, en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, donde se registraron enfrentamientos con piedras, palos y butacas entre aficionados de Universidad de Chile e Independiente, lo que dejó un saldo de al menos 10 heridos graves, cerca de 90 detenidos y la suspensión del partido de la Copa Sudamericana.
El encuentro de vuelta de los octavos de final fue detenido en el minuto 48 por el árbitro uruguayo Gustavo Tejera, cuando el marcador estaba 1-1. Poco después, la Conmebol emitió un comunicado informando que el duelo quedaba cancelado por falta de garantías de seguridad del club y de las autoridades locales.
Los disturbios comenzaron al final del primer tiempo, cuando hinchas de Universidad de Chile ubicados en la tribuna Bochini Alta comenzaron a lanzar butacas, trozos de concreto y objetos contundentes hacia la parte baja, donde estaban los seguidores del “Rojo”. Entre los elementos arrojados se identificaron incluso palos, mampostería y hasta inodoros completos.
Tras varios minutos sin respuesta policial, se ordenó el desalojo de la tribuna visitante, pero con alrededor de 30 aficionados aún en el lugar, irrumpieron los seguidores locales, generándose una violenta gresca que obligó a algunos hinchas chilenos a saltar desde gran altura para escapar.
De acuerdo con fuentes de Independiente citadas por la agencia EFE, 10 personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad, mientras que un seguidor chileno fue trasladado en estado crítico a un hospital cercano. En tanto, la Policía informó que 90 personas fueron detenidas y cerca de 300 aficionados de Universidad de Chile permanecen demorados para revisión.
La Conmebol adelantó que el caso será remitido a sus Órganos Judiciales y a la Comisión Disciplinaria, que evaluarán las sanciones correspondientes tras los incidentes y la cancelación del compromiso internacional.