DeportesSlider

Juan Manuel Sanabria: el capitán que no huyó del barco

Por Hares Barragán

Todo estaba prácticamente cerrado. Juan Manuel Sanabria, capitán y alma del Atlético de San Luis, tenía un pie fuera del club. Su destino: el América. Ese gigante del futbol mexicano que, como es costumbre, mira hacia los equipos más pequeños para llevarse lo mejor de su plantilla. Y no cualquier América, el de André Jardine, un técnico que se ha beneficiado como pocos de los frutos del proyecto potosino, donde dio el salto al estrellato en el futbol nacional.

Que quede claro: qué poca madre lo de Jardine. Teniendo todo el dinero del mundo, una cartera abierta y un club con poder absoluto para fichar, va directo a desarmar al equipo al que, en buena parte, le debe su éxito. No es exageración. El San Luis lo proyectó, le dio continuidad, confianza y una plantilla competitiva. Pero bueno, el futbol tiene memoria corta, hasta que alguien la recupera. Y ese alguien fue Juan Manuel Sanabria.

En un giro que pocos esperaban, el uruguayo le dijo “no” al América. Así, sin rodeos. El jugador tenía claro que su sueño no está en Coapa, sino en Europa. Se dice que una de sus condiciones para firmar era establecer una cláusula de salida accesible, pensando en una futura oferta desde el Viejo Continente. Las Águilas, con todo su poder económico pero también con su obsesión por el control total del jugador, no aceptaron. Y la negociación se cayó. De último minuto.

Sí, Sanabria quiere jugar en Europa. Nadie lo duda. Pero lo que hizo no es menor. Porque rechazar al América no es cualquier cosa. Hablamos del equipo más mediático del país, con mayor proyección, mayores sueldos, más vitrina y más posibilidades de títulos. Y sin embargo, eligió quedarse en San Luis. Con menos reflectores, menos lujos pero con más lealtad. Eso es de capitán. De esos que ya casi no existen.

Así que mientras otros se obsesionan con figuras y millones, en San Luis se quedan con algo que no se compra: identidad. Y con un capitán que eligió quedarse donde lo quieren, donde lo respetan, y donde, muy probablemente, quiere escribir su última gran historia antes de cruzar el Atlántico. Solo queda decir: Gracias, capitán.

Mientras tanto, el equipo continúa con su preparación. En un amistoso contra el Racing de Veracruz, de la Liga Premier, Atlético de San Luis se despachó con nueve goles. Sí, nueve. No es sorpresa ni parámetro, pero sí dejó un detalle importante: Benjamín Galdames anotó seis. Seis. Todo apunta a que este joven, que ha mostrado talento y hambre, será titular en el próximo torneo. Y me da gusto. Porque este tipo de jugadores, los que no se rinden, los que trabajan, los que quieren ganarse un lugar por mérito, no por nombre, son los que terminan marcando la diferencia.

Además, tuvieron otro amistoso contra Mineros de Zacatecas. El equipo potosino se impuso con un doblete de Mateo Klimowicz, el “10” rojiblanco, quien parece tener en este torneo su última gran oportunidad para consolidarse. Su talento es innegable, pero la falta de constancia, ya sea por lesiones o bajones de nivel, ha impedido que explote por completo. Lo más preocupante es que Klimowicz ya ha pasado por cuatro entrenadores distintos, y ninguno ha logrado que alcance su máximo potencial, lo que apunta a que el problema podría estar más en el jugador que en los técnicos.

Por otro lado, el club presentó oficialmente a su nuevo refuerzo: Javier Suárez, un joven lateral del que se tienen buenas referencias, pero que aún no ha debutado en Primera División. Aunque todo indica que Román Torres se quedará con la titularidad en el arranque del torneo, la esperanza está puesta en que Suárez logre competir con buen nivel y sume al equipo. Para un San Luis que busca mayor profundidad en su plantel, la evolución de jugadores como él puede marcar la diferencia en momentos clave del campeonato.