A dos días de que el Partido Acción Nacional (PAN) en San Luis Potosí renueve su dirigencia estatal, la situación se torna tensa, alcanzando niveles de amenazas de muerte, ofertas millonarias por voto y oportunidades de empleo con salarios de hasta cien mil pesos. Los consejeros aseguran que Verónica Rodríguez envía a sus sicarios para convencerlos, por las buenas o por las malas, de que voten por ella este domingo 8 de diciembre.
Pero si algo encendió todas las alarmas, fue la amenaza de muerte para un consejero y su familia, que sin ambages, dijo a los operadores de Rodríguez Hernández que no votaría por ella, porque hizo muy mal trabajo y porque sólo busca beneficios para ella y sus cómplices. La postura enfureció a los personajes, que le advirtieron que se atuviera a las consecuencias y que tenían la manera de privarlo de la vida.
La víctima valora acudir ante la Fiscalía, pero mientas eso ocurre, responsabiliza de lo que le pueda pasar a él o a su familia a Verónica Rodríguez Hernández, que busca reelegirse en la dirigencia panista, a Enrique Dahud Uresti, al diputado local Marcelino Rivera y al tesorero Fernando Zumaya.
El mercado negro de votos de consejeros estatales está que arde, y en las próximas horas, tendrá su punto de quiebre. Y la hora de la verdad, el domingo. Cuando los consejeros decidan reelegir a Verónica Rodríguez Hernández con un estigma de traición en su frente, o a Lidia Argüello Acosta, panista honrada, decente, de gran trayectoria y militancia; defensora eterna de los principios panistas y de las leyes.