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Asteroide podría haber originado el meteoro en la Huasteca: UASLP

Respecto al reporte de la caída de un meteoro en San Luis Potosí, avistado por habitantes de la zona huasteca el sábado 31 de mayo, el doctor Roberto Bartali Marchetti, investigador y docente de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), precisó que alguno de estos cuatro asteroides —2025KQ4, 2025KT1, 2025KX3 y 2025KA3— podría ser el responsable del fenómeno.

El científico universitario informó que estos cuerpos celestes se encontraban a distancias que, combinadas con sus velocidades, hacen plausible que alguno de ellos haya liberado el fragmento que penetró en la atmósfera terrestre cerca de las 17:00 horas.

Subrayó que los asteroides son estructuras frágiles compuestas por polvo, hielo y rocas —conocidas como “pilas de escombros” o rubble pile— que pueden desprender fragmentos durante su acercamiento a la Tierra. Sin embargo, también consideró como muy probable que el meteoro visto en la entidad potosina se trate de uno esporádico, proveniente de un cuerpo celeste desconocido, posiblemente originado por la colisión de cuerpos en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.

El fenómeno fue acompañado por un fuerte estruendo, lo que indica que el objeto se fragmentó al ingresar a la atmósfera. “Esa explosión puede deberse al súbito aumento de temperatura que sufre el cuerpo al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre”, explicó Bartali Marchetti. Este calentamiento extremo, que puede alcanzar hasta los 7000 grados Celsius en segundos, provoca la ruptura de los frágiles agregados de material.

Actualmente, México no cuenta con un sistema nacional de monitoreo que permita rastrear con precisión la trayectoria de estos objetos. Bartali señaló que, en otras partes del mundo, existen redes de cámaras especializadas que permiten triangular la posición y órbita del meteoro mediante observaciones sincronizadas. Esta tecnología es esencial para poder determinar con mayor exactitud el origen del fenómeno y el posible lugar de impacto de meteoritos.

El científico también explicó que, dependiendo de su tamaño y composición, un objeto de estas características puede explotar entre los 50 y los 10 kilómetros de altura. Según cálculos preliminares, el destello observado el 31 de mayo pudo haber ocurrido entre los 30 y 40 kilómetros sobre la superficie, lo cual explicaría la onda de choque percibida por testigos. De hecho, redes de sismógrafos ultrasensibles, originalmente instaladas durante la Guerra Fría, detectan este tipo de explosiones y permiten estimar su altura y magnitud.

Aunque todavía no se ha confirmado si cayeron fragmentos en tierra, el evento ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con una infraestructura científica nacional que permita dar seguimiento a estos cuerpos celestes. La investigación continúa mientras expertos nacionales e internacionales analizan las evidencias recolectadas y los registros de sensores globales.