Después de dos años de pandemia, al fin podemos empezar a caminar por calles, plazas y supermercados sin la preocupación de portar cubrebocas o haber olvidado éste, sin embargo, hay un porcentaje de la población a la cual esto le genera ansiedad y cientos de inseguridades, pues además del sentido de seguridad ante el contagio, muchas personas lograron sentirse cómodos con su apariencia y sin miedo a las miradas de la gente.
Algunos expertos llaman a esta ansiedad por abandonar el cubrebocas como “el síndrome de la cara vacía”, pues algunas personas, en su mayoría jóvenes y adolescentes, hablan de síntomas como ansiedad, estrés y baja autoestima, debido a que el cubrebocas servía como un calmante de lo abrumador que les resulta mostrar su cara o los “defectos” que hay en ella. Sin embargo, no debemos de alarmarnos, pues un síndrome en teoría debería de ser una situación que se está presentando de forma general, y aunque no se descarta la sintomatología que pueden presentar las personas, muchos de estos síntomas son respuestas propias del ser humano ante el cambio, así como en un principio el uso del cubrebocas nos causaba estrés a muchas personas, es normal que el abandono de esta regla también tenga sus efectos.
El miedo a la crítica y la baja autoestima son quienes llevan la rienda de este síndrome de la cara vacía, al ya no ser obligatorio el uso del cubrebocas habrá muchas personas que ya no lo utilicen, al igual que habrá otras personas que por miedo o precaución seguirán usándolo, esto dividirá a las personas que se encuentren en determinado lugar, cual sea la minoría, si los que traen o no traen cubrebocas, sentirá una presión social, haciéndole sentir incómodo.
En cuanto a la autoestima, la cual parece ser la raíz del síndrome, es importante que trabajemos en nuestras inseguridades, pues estas son las que distorsionan nuestra imagen llevándonos a desvalorizarnos, propiciando así un sentimiento de vergüenza e incomodidad ante las demás personas.
Sin embargo, el padecer de esta ansiedad al intentar dejar de usar el cubrebocas no es algo con lo que tendrás que cargar todo el tiempo, poco a poco mediante el abandono parcial del cubrebocas perderemos el miedo a mostrar la cara nuevamente. Trabajar en tu autoestima será una pieza clave para que sea más rápida la adaptación.
Existen algunos ejercicios que se utilizan en terapia, estos se encargan de modificar nuestra autoimagen, propiciar el amor propio y un lenguaje más amoroso hacia nosotros mismos.
Párate frente al espejo y mírate fijamente, con una sonrisa en tu rostro empieza a decirte cosas lindas de ti como: “que hermoso cabello, que bonitos ojos, que sonrisa tan encantadora, etc.” esto puedes hacerlo las veces que tú quieras a lo largo del día, también puedes agregar halagos que no se basen en tu físico, sino en reconocer los pequeños logros que has tenido en el día, como: “Hoy fuiste muy puntual, trabajaste muy bien en tu trabajo, manejaste muy bien el estrés en esta situación, etc.” esto alimentara tu autoconcepto e imagen.
Recordemos que acudir al psicólogo puede ser una buena opción a la hora de querer empezar a trabajar esos sentimientos negativos que nos abruman y no nos permiten disfrutar de cosas básicas y simples del día a día, como gozar del aire fresco, ver las expresiones de la gente que te rodea y sentir la libertad de respirar sin dificultades.