Psicología

¿Cómo ser una persona estoica?

Filosofía práctica para el bienestar mental

En un mundo cada vez más incierto, ruidoso y estresante, muchas personas buscan herramientas que les permitan mantener la calma, la claridad y la estabilidad emocional. Una de las filosofías más antiguas (y sorprendentemente vigentes) que ofrece estas herramientas es el estoicismo. Lejos de ser una teoría abstracta, el estoicismo propone una forma práctica y sencilla de vivir mejor: con menos ansiedad, más autocontrol y mayor resiliencia.

El estoicismo nació en la antigua Grecia, pero fue en Roma donde figuras como Séneca, Epicteto y el emperador Marco Aurelio lo convirtieron en una guía de vida. Esta filosofía enseña que no podemos controlar lo que nos sucede, pero sí podemos controlar cómo respondemos a ello. En otras palabras: no depende de nosotros el clima, la opinión de los demás o las crisis externas, pero sí depende de nosotros cómo reaccionamos, qué pensamos y qué actitud adoptamos frente a esos hechos.

¿Cómo aplicar el estoicismo en la vida cotidiana?

Distinguir lo que depende de ti y lo que no

Esta es la base del pensamiento estoico. Cuando dejamos de gastar energía mental en lo que está fuera de nuestro control, empezamos a vivir con más paz. Pregúntate: “¿Esto depende de mí?”. Si la respuesta es no, suéltalo. Si es sí, actúa con responsabilidad y coherencia.

Entrenar la mente para aceptar con serenidad

Aceptar no es resignarse. Es reconocer la realidad sin pelear contra ella. Los estoicos practicaban ejercicios mentales como la visualización negativa (imaginar la pérdida de algo valioso) para prepararse emocionalmente y valorar más lo que tienen. Esto fortalece la resiliencia y reduce el miedo al cambio o la pérdida.

Vivir con virtud y propósito

Para los estoicos, la felicidad no consiste en placeres momentáneos, sino en vivir de acuerdo con la virtud: ser justos, sabios, valientes y moderados. Hacer lo correcto, incluso cuando es difícil, genera una paz interior que ninguna recompensa externa puede igualar.

Practicar la atención y el autocontrol

El estoicismo comparte con prácticas modernas como el mindfulness la importancia de estar presentes y conscientes. Observar nuestras emociones antes de reaccionar nos ayuda a tomar mejores decisiones y a no dejarnos llevar por impulsos o pensamientos negativos.

Escribir, reflexionar y aprender cada día

Marco Aurelio escribió sus pensamientos para sí mismo como forma de mantenerse firme en sus valores. Imitar este hábito (llevar un diario personal, leer filosofía o meditar) fortalece la mente y nos ayuda a mantenernos enfocados en lo que realmente importa.

Aunque el estoicismo no sustituye a la psicoterapia, puede ser un complemento poderoso. Ayuda a reducir la ansiedad, manejar la frustración y afrontar el sufrimiento con dignidad. Ser estoico no es “aguantar sin sentir”, sino aprender a sentir sin ser esclavos de nuestras emociones. Es vivir con coraje, con claridad, y con libertad interior.

Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefanialopez@outlook.com
Número: 4881154435