Hoy en día se cree imposible tener una relación sana y duradera, debido a que la sociedad no favorece precisamente todo lo que conlleva tener una buena relación, a través de series de televisión, contenido en redes sociales e incluso letras musicales, se plasma un concepto erróneo del amor, basado en celos, inseguridades y muchas otras creencias que no ayudan a que una relación se mantenga en el tiempo de una manera sana y satisfactoria.
Es importante reconocer que cada pareja es única, pues todas son creadas desde las vivencias y experiencias de cada persona, sin embargo, toda relación debería ser funcional de acuerdo a las necesidades de la pareja, pero es aquí donde se manifiestan las carencias afectivas y las creencias irracionales, éstas al dejarlas tomar el control propician comportamientos dañinos y tóxicos contigo y hacia tu pareja, lo que generalmente termina en una relación rota y un par de corazones heridos, es por eso que aquí tienes cinco consejos de psicología para mantener una relación saludable y duradera.
Ama desde la libertad
Amar desde la libertad significa saber que has decidido compartir tu camino con una persona, pero que ésta no te pertenece ni le necesitas, así como tú has tomado la decisión de estar en una relación, también lo hace la otra persona, por lo tanto, en cualquier momento son libres de marcharse, amar desde la libertad es saber que ambos tienen derecho a su espacio privado e intimidad, significa resolver nuestras inseguridades a través del esquema de pensamiento: “Estamos en una relación por elección y hoy hemos decidido elegirnos una vez más”.
Comuníquense de manera funcional y sana
La buena comunicación es uno de los pilares básicos de la pareja, ya que el dialogo permite crear un proyecto de vida en común, en donde es muy importante negociar, ceder y llegar a acuerdos, una buena comunicación puede transformar discusiones en algo constructivo que refuerce el vínculo y la confianza, en lugar de separarlos y crear rencores, además, darte un espacio diario para hablar con tu pareja, de lo que sea, favorecerá la confianza y los unirá cada vez más.
Un error común durante las discusiones de pareja, es olvidar tener una buena comunicación, ya que termina siendo un círculo vicioso de reproches y acusaciones, por eso cuando tengas una discusión con tu pareja toma en cuenta las siguientes pautas:
• Habla de cómo te sientes tú, no acuses al otro
• Utiliza un tono neutro y tranquilo, evita discutir cuando te sientas muy enojado
• Pide lo que necesitas concretamente, “me gustaría pasar más tiempo juntos”
• Termina con algo positivo, “Gracias por escucharme, espero que lo podamos resolver porque me gusta estar bien contigo”
Aprende a pensar en morado
Como ya lo sabemos, tú y tu pareja son seres totalmente individuales, cada quien ha tenido experiencias diferentes y, por lo tanto, ven el mundo de formas distintas. Si te pones unas gafas rojas y te pregunto de qué color ves el mundo, me responderás que rojo, ¿verdad? Y seguramente por más que intente convencerte de que es azul es imposible que me des la razón, porque tu mundo es rojo, cuando en alguna discusión tu pareja piense en rojo y tú en azul, ¡Es momento de pensar en morado!
Cuando notes que ambos tienen puntos de vista muy diferentes, en lugar de seguir discutiendo por tener la razón, plantea soluciones intermediarias en donde se incluyan ambos puntos de vistas, ni rojo, ni azul, morado.
Confianza y respeto
Sin confianza ni respeto no existe una relación saludable, amar es confiar y respetar al otro, respetar sus ideas, sus gustos, sentimientos y formas de amar, debes crear una confianza basada en que si está contigo es por elección, podrá conocer a mucha gente, pero te prefiere a ti.
Es importante ser conscientes y responsables de aquellos pensamientos e inseguridades que llegan a sabotearnos y crear conflicto en nuestra relación, teniendo en cuenta los puntos anteriores podrás tener una perspectiva nueva a las adversidades, además de fortalecer el vínculo con tu pareja.
Y por último, no olviden que una relación es como tener una planta, necesita tiempo, esfuerzo y atención para que crezca saludablemente, ¡y ojo! Aunque como chiste puedas decir “a mí siempre se me mueren las plantas, por eso soy muy malo en el amor”, déjame decirte que no eres malo en las relaciones, ni en las plantas, solo necesitas prestarle atención y dedicación a tu relación, el amor se alimenta y se construye día a día.