Si sientes que tu relación no es segura y que llega a generarte sensaciones de poca valía, inseguridad, desconfianza y culpa, quizá sea el momento de plantearte si la relación está siendo saludable o si estás sosteniéndola por una dependencia emocional, un estado en el que tu autoestima se va a sentir cada vez más resentida.
¿Cómo es una relación saludable
Las relaciones creadas y sostenidas por la dependencia no serán buenas consejeras ni para tu bienestar individual ni para una construcción saludable de la pareja. Tus relaciones han de establecerse desde la confianza, el respeto y la seguridad de los cuidados afectivos mutuos.
La satisfacción de una relación funcional y sana vendrá determinada por cómo relaciones las dos partes, es una construcción y comunicación mutua de confianza y respeto. Un aprendizaje constante y un esfuerzo por seguir creando un mapa común que no impida ni menosprecie la individualidad.
Todos tenemos el potencial de seguir aprendiendo nuevos patrones de relación y, aunque ahora pueda parecerte complicado, el primer paso será aceptar y reconocer el problema o la dificultad. En primer lugar, necesitas incrementar nuestra autoobservación para darte cuenta si, lo que estás haciendo o has hecho en tus relaciones, te perjudica y te daña.
Por ejemplo, una buena manera de hacerlo es reflexionar sobre si tuviste que dejar amistades o relaciones familiares de lado, si te sentiste tratada o tratado con respeto, si sientes, a pesar de los errores, que te aceptan tal y como eres, si se fomenta el cuidado mutuo y la afectividad que te hace sentir seguro, o si se fomenta lo mejor de ti o, por el contrario, saca tu peor parte.
Si al hacerlo, detectas que la relación no ha sido saludable, te invito a entrenar tu asertividad para poder decir “no” a lo que te daña, reforzar tu autoestima y ser un lugar seguro para ti mismo.
Aprender a quererte y valorarte es uno de los pilares fundamentales y, si necesitas apoyo para hacerlo, no dudes en consultar con un profesional de la salud mental que pueda acompañarte en el proceso, pero no te culpes, a veces es complicado darse cuenta cuando uno se siente absorbido por la relación.
Existen muchas herramientas de crecimiento interior, las meditaciones generativas tales como el amor y la autocompasión pueden fomentar un lugar seguro en tu interior. Es un entrenamiento mental en el que cultivas en tu mente escenarios virtuosos donde poder cuidar de ti de forma saludable y respetuosa.
Además, si la compasión la acompañamos de sabiduría, te ayudará a discernir qué relaciones personales son las que te hacen crecer interiormente haciéndote sentir querido y respetado y en cuáles no. Es importante dedicarte un tiempo para el autoconocimiento, la indagación y la comprensión de tus patrones de funcionamiento. Reparar en ellos y cultivar una mente llena de estados virtuosos que te acompañen a dirigir tu vida de manera armónica y en bienestar.