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2 de octubre de 1968: una herida que no se olvida en México

Cada año, colectivos, estudiantes, activistas y familiares de víctimas realizan una marcha en la Ciudad de México para mantener viva la memoria

Este 2 de octubre se cumplen 57 años de la represión estudiantil ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, un episodio que marcó a la sociedad mexicana y que hasta la fecha sigue siendo recordado como una de las violaciones más graves a los derechos humanos en la historia reciente del país.

El movimiento estudiantil de 1968 surgió en un contexto internacional influenciado por protestas juveniles en Francia y Estados Unidos, pero también como respuesta al autoritarismo del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). Lo que inició con una riña entre alumnos de la Escuela Vocacional 5 y la Preparatoria Isaac Ochoterena derivó en una serie de movilizaciones que fueron reprimidas por militares y granaderos.

Las demandas de los estudiantes buscaban cambios democráticos y sociales, entre ellas: libertad a presos políticos, derogación del artículo 145 del Código Penal Federal, desaparición del cuerpo de granaderos, destitución de jefes policiacos, indemnización a las familias de víctimas y deslinde de responsabilidades a funcionarios por hechos violentos.

La tarde del 2 de octubre, miles de estudiantes, amas de casa, intelectuales, profesores y obreros se reunieron en Tlatelolco para un mitin. Minutos antes de las 18:00 horas, un helicóptero lanzó bengalas que dieron la señal para que elementos del Batallón Olimpia abrieran fuego. El caos se apoderó de la plaza, civiles corrieron hacia edificios cercanos para protegerse, pero muchos fueron sacados de sus viviendas y asesinados.

El número exacto de víctimas mortales nunca se esclareció oficialmente. Diversas fuentes estiman que hubo cientos de muertos; en 2006, la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado reportó alrededor de 350.

Desde entonces, la frase “2 de octubre no se olvida” se convirtió en símbolo de resistencia y exigencia de justicia. Cada año, colectivos, estudiantes, activistas y familiares de víctimas realizan una marcha en la Ciudad de México para mantener viva la memoria y recordar que este episodio no debe repetirse.