La lucha libre va más allá del deporte; es un pilar fundamental de la identidad mexicana, tan arraigado como el mariachi. Su profunda influencia se exhibe desde galerías de arte hasta el cine, confirmando su estatus de tesoro cultural. Exposiciones como «Katharsis!» en Guadalajara y «Demasiada Lucha» en CDMX destacan cómo este espectáculo ha moldeado la percepción del bien y el mal, y el significado del enmascaramiento.
Actualmente, varias exposiciones a lo largo del país buscan destacar el valor cultural de la lucha libre y su conexión con lo mexicano. Un ejemplo es «Katharsis! Imágenes de la Lucha Libre en México» en el Museo de las Artes (MUSA) en Guadalajara, abierta hasta el 14 de septiembre de 2025. Esta muestra, parte del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), utiliza fotografías, un documental y obras de Sergio Arau para explorar la evolución de la lucha desde los años 50 y su diálogo con otras artes, así como su papel en la representación del bien y el mal y el gusto por el enmascaramiento en la cultura mexicana.
El cine ha sido clave en la mitificación de la lucha libre, elevando a íconos como El Santo a leyendas. La máscara, en particular, se ha convertido en un emblema global de la resistencia y el ingenio mexicanos. Además, el distintivo estilo aéreo y las acrobacias son elementos intrínsecos de su identidad, celebrados en cada encuentro.
Asistir a una función de lucha libre es una experiencia cultural vibrante. La atmósfera en las arenas la transforma en un punto de encuentro para vivir la tradición. Es más que un deporte es un arte, una tradición y un reflejo profundo del espíritu del país, celebrada y expuesta de innumerables formas, desde el arte hasta su presencia diaria.
