Expertos en salud y economía han emitido una seria alerta sobre el crecimiento descontrolado del mercado negro de vaporizadores y cigarros en México. Esta situación representa una doble amenaza, por un lado, un grave riesgo para la salud pública, especialmente para los menores de edad que acceden fácilmente a estos productos sin regulación; por otro, pérdidas millonarias por evasión fiscal que afectan directamente los ingresos del gobierno y su capacidad para invertir en servicios esenciales.
La falta de control en la composición de estos productos ilegales, que a menudo contienen sustancias nocivas no declaradas, es una preocupación central, junto con la comercialización engañosa que los hace atractivos para jóvenes.
El impacto en la salud es alarmante, con un incremento en padecimientos respiratorios y adicciones en jóvenes que de otra forma no se expondrían a la nicotina. Al no estar sujetos a las regulaciones de edad ni sanitarias, estos productos del mercado ilícito eluden controles de calidad y advertencias.
Financieramente, el contrabando y la venta ilegal privan al erario público de ingresos cruciales en impuestos y derechos de importación, dinero que podría destinarse a programas de prevención de adicciones o al fortalecimiento del sistema de salud.