La noche del 5 de abril marcó un acontecimiento sin precedentes en las relaciones diplomáticas entre México y Ecuador, cuando la Policía Nacional de Ecuador irrumpió en la embajada mexicana en Quito para detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien se encontraba resguardado en el lugar desde diciembre del año pasado.
El exvicepresidente ecuatoriano buscaba asilo político en México, argumentando temer por su seguridad en el marco de una investigación en su contra en Ecuador. Sin embargo, las tensiones se intensificaron después de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, criticara públicamente a los medios ecuatorianos por su cobertura del asesinato de un candidato presidencial en ese país.
La respuesta del gobierno ecuatoriano fue declarar persona non grata a la embajadora de México en Quito, Raquel Serur. Este evento desencadenó una serie de acciones que culminaron en la irrupción de las autoridades en la embajada mexicana, un acto que ha sido condenado como una violación al derecho internacional y a la soberanía de México.
En respuesta al asalto a su embajada, México ha decidido romper relaciones diplomáticas con Ecuador. El presidente López Obrador anunció esta medida a través de un tuit, calificando el incidente como una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México.
La Secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, amplió las acciones que tomará el país en respuesta a este evento. Además del rompimiento de relaciones diplomáticas, México retirará a su personal diplomático de Ecuador y denunciará el asalto ante la Corte Internacional de Justicia por violaciones al derecho internacional.
Por el momento, México no contempla expulsar al personal diplomático de Ecuador de su territorio, pero se espera una resolución más detallada en los próximos días.