Las lluvias constantes y fuertes vientos complicaron el miércoles la búsqueda de sobrevivientes de los deslizamientos de tierra en plantaciones de té del sur de India. Aquí murieron más de 150 personas, en su mayoría trabajadores y sus familias.
Las torrenciales lluvias monzónicas han azotado los últimos días al sureño estado costero de Kerala, bloqueando las carreteras de acceso a la zona del desastre en el distrito de Wayanad.
El único puente que conecta con las aldeas más castigadas, Chooralmala y Mundakkai, desapareció y los equipos de rescate debían retirar los cuerpos de la zona en camillas atadas a tirolinas levantadas precariamente por encima de las aguas.
Varias personas que lograron huir de la zona quedar atrapadas por el desborde de un río en la zona. Así lo dijo el rescatista voluntario Arun Dev, en un hospital donde atendía sobrevivientes.
“Los que escaparon fueron arrastrados con sus casas, templos y escuelas”, contó.
El alto oficial de policía, M.R. Ajith Kumar, dijo que se había rescatado a unas 500 personas desde que sucesivos aludes golpearon la zona antes del martes al amanecer.
“Hasta ahora hemos recuperado más de 150 cuerpos”, afirmó. “Todavía hay amplias áreas que deben ser exploradas y rastreadas para ver si allí vivía gente o no”, agregó.
A Wayanad se le conoce por sus plantaciones de té en las zonas montañosas, de numerosas personas trabajan en la siembra y cosecha.
¿Qué pasó en la India?
Varias plantaciones resultaron golpeadas por dos deslizamientos consecutivos antes del amanecer del martes.
Varias casas de ladrillo que albergan a los trabajadores temporales resultaron inundadas por un muro de lodo cuando el personal se encontraba en las fincas y sus familias dormían en su interior.
La fuerza del alud desparramó coches, arrugó barras de acero y esparció escombros por el sitio del desastre.
“El flujo de residuos de la catástrofe es extremadamente violentos, con lo que la supervivencia es muy difícil”, dijo el experto geofísico Dave Petley, de la Universidad de Hull.
“Esto se habrá visto agravado por la hora -temprano cuando la gente estaba dormida- y las endebles estructuras que ofrecen poca protección”, agregó.
Más de 3 mil refugiados
Más de 3 mil personas se refugiaban en los campamentos de alrededor de Wayanad, según el gobierno estatal.
En los días previos a la catástrofe, la zona recibió al menos 572 milímetros de precipitaciones, según el ministro principal del estado, Pinarayi Vijayan.
La agencia de desastres de Kerala dijo que se esperaban más lluvias y vientos fuertes el jueves, con posibilidades de “daños en estructuras inseguras” en otras zonas del estado.
Destrucción en la India
Las lluvias asociadas al monzón en el sur de Asia suelen extenderse de junio a septiembre. Son un alivio al sofocante calor veraniego y recargan mantos acuíferos.
Aunque son vitales para la agricultura y la seguridad alimentaria de los 2 mil millones de personas que viven en la región, también suelen acarrear inundaciones y deslizamientos de tierra.
La frecuencia de estos desastres naturales ha aumentado en los últimos años y los expertos señalan que el cambio climático ha agravado el fenómeno.
“Acontecimientos como los desprendimientos de tierra son parte de estos desastres de intensas lluvias desencadenados por el cambio climático”, afirmó Kartiki Negi, experta del centro de reflexión indio Climate Trends.
“India continuará viendo más y más impactos como estos en el futuro”, agregó.
Además, la construcción de presas, los proyectos urbanísticos y la deforestación en India también han empeorado las consecuencias de estos sucesos.
Las fuertes tormentas lluviosas también azotaron este mes la capital financiera india de Bombay.
Cerca de 500 personas murieron alrededor de Kerala en 2018, en las peores inundaciones en un siglo en ese estado.