El exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, quien se encuentra alojado en la Embajada de México en Quito, tiene la intención de pedir asilo diplomático al país norteamericano, según confirmó su abogado, Eduardo Franco Loor, en declaraciones a EFE.
El abogado sostiene que Glas se considera un perseguido político y ha sufrido una presunta persecución ilegal y arbitraria por parte de la Fiscalía ecuatoriana. Este movimiento surge tras la petición de comparecencia en el caso denominado ‘Reconstrucción’, en el que la Fiscalía pretende su involucramiento.
Franco Loor acusa a la Fiscalía de una postura de «revanchismo político» y «venganza» debido a que el movimiento político correísta, al que pertenece Glas, presentó un pedido de enjuiciamiento político para la titular del Ministerio Público, Diana Salazar.
La solicitud de asilo, bajo la Convención de Asilo diplomático de Caracas de 1954, se fundamenta en la preservación de la integridad física, la salud y la vida de Glas, quien se encuentra en la embajada ante temores por el sistema penitenciario controlado por narcotraficantes.
Además, el abogado espera que México otorgue el salvoconducto para permitir a Glas viajar a dicho país, un paso que la Convención establece como obligatorio.
Glas, quien fungió como vicepresidente entre 2013 y 2017, estuvo en prisión por asociación ilícita relacionada con el escándalo de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. No obstante, en agosto, con la anulación de pruebas en su contra por el Tribunal Federal de Brasil, expresó su intención de revertir la condena.
El caso ‘Reconstrucción’, actualmente investigado por la Fiscalía, implica supuestos abusos de fondos públicos durante la emergencia del terremoto de 2016. Franco Loor asegura que Glas es una víctima de persecución política en este caso.
Mientras tanto, la Asamblea Nacional analizará el pedido del juez Luis Rivera sobre el enjuiciamiento penal de Glas, aunque el exvicepresidente ya no ocupa cargos de autoridad. Franco Loor denuncia que la Fiscalía busca continuar con un proceso de hostigamiento y aversión hacia su defendido.
El abogado también enfatiza el estado emocional de Glas, quien se siente deprimido ante la situación de constante hostigamiento y ataques.