Las lluvias torrenciales continúan azotando el sur de Brasil, exacerbando la crisis humanitaria que ya ha dejado un saldo devastador. La región, afectada por inundaciones que han cobrado la vida de 145 personas y desplazado a cientos de miles de habitantes, se ve nuevamente sumida en el caos a medida que los niveles de los ríos aumentan peligrosamente
La Defensa Civil de Rio Grande do Sul informa que prácticamente todos los grandes ríos del estado muestran una tendencia de elevación, lo que augura más calamidades para una población ya golpeada. Las operaciones de rescate continúan mientras persisten 132 personas desaparecidas y más de dos millones de personas han sido afectadas por el fenómeno.
Expertos vinculan estas catastróficas inundaciones al cambio climático y al fenómeno de El Niño. Mientras tanto, las autoridades advierten sobre el riesgo inminente de nuevas inundaciones y deslizamientos de tierra en el noreste del estado. La alcaldesa de la ciudad ribereña de Pelotas emite un llamado urgente a desalojar las áreas de riesgo, mientras el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, envía su solidaridad a través de un video.
El gobierno ha anunciado planes para desbloquear unos 10.000 millones de dólares destinados a la reconstrucción del estado, pero la situación sigue siendo crítica y la población enfrenta un futuro incierto mientras las lluvias intensas persisten y los ríos continúan creciendo.