La violencia desatada por los enfrentamientos internos del Cártel de Sinaloa ha sumido al estado en una crisis humanitaria sin precedentes. En los últimos cinco meses, al menos 829 personas han perdido la vida y mil 119 han desaparecido, según datos preliminares.
Los enfrentamientos entre las diversas facciones del cártel han convertido a Sinaloa en una zona de guerra, con tiroteos, bloqueos y ejecuciones que se han vuelto cotidianos. La población vive atemorizada, confinada en sus hogares y presa del pánico ante la ola de violencia que azota la entidad.
Las autoridades estatales y federales han implementado operativos para tratar de restablecer el orden, sin embargo, los resultados han sido insuficientes. La falta de presencia del Estado en algunas zonas ha permitido que los grupos criminales operen con total impunidad, sembrando el terror entre la población.
Habitantes de Sinaloa han exigido a las autoridades federales y estatales que redoblen esfuerzos para combatir la violencia y garantizar la seguridad. La situación es crítica y requiere de una respuesta urgente y coordinada por parte de todos los niveles de gobierno, aseguran afectados.
