Con una popularidad en su punto más alto, una oposición fragmentada y un control casi total del Congreso y otras instituciones del Estado, Nayib Bukele iniciará este sábado su segundo mandato como presidente de El Salvador. La ceremonia de juramento está prevista para las 08:00 hora local en el Palacio Nacional, ubicado en el centro histórico de San Salvador, donde se espera una masiva convocatoria de salvadoreños.
Reelegido en los comicios del 4 de febrero con un aplastante 85% de los votos, Bukele, un publicista milenial de 42 años, ha centrado su primer mandato en una implacable «guerra» contra las pandillas. Bajo su liderazgo, El Salvador ha arrebatado el control de barrios y calles a las pandillas, las cuales se les atribuyen más de 120 mil muertes en las últimas tres décadas, superando las 75 mil víctimas de la guerra civil (1980-1992). Bukele afirma que ha transformado a El Salvador de ser el país sin conflicto bélico más peligroso del mundo al más seguro del hemisferio occidental.
Sin embargo, esta seguridad ha tenido un costo significativo. Desde marzo de 2022, el país vive bajo un régimen de excepción que ha llevado a la detención de 80 mil 300 presuntos pandilleros sin órdenes judiciales. Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado muertes, torturas y la detención de miles de inocentes, de los cuales 8 mil han sido liberados posteriormente.
A pesar de estos problemas, Bukele mantiene una popularidad inusitada, siendo considerado el presidente más popular de América Latina según la ONG Latinobarómetro. No obstante, analistas señalan que su principal reto en este nuevo mandato será la economía, ya que la pobreza afecta a casi un tercio de la población.