El Servicio Militar Nacional (SMN) entrará en una nueva etapa a partir de 2026. El Ejército mexicano incrementó de forma significativa el número de jóvenes que deberán cumplir con el adiestramiento, pasando de un esquema en el que solo el 40% obtenía bola blanca y estaba obligado a marchar, a municipios donde nueve de cada diez conscriptos resultaron asignados para realizar el servicio.
La medida, que funcionarios han descrito como un “ajuste operativo”, incluye también una reducción drástica en la duración del adiestramiento, que pasará de 44 sesiones sabatinas a únicamente 13 sesiones distribuidas en dos periodos anuales.
De acuerdo con el especialista en seguridad David Saucedo, este cambio representa el primer paso hacia una masificación del SMN. “Cuando se masifique el Servicio Militar Nacional (…) vamos a ver a jóvenes con la indumentaria del Servicio Militar Nacional (…) lo que permite la socialización y la aceptación de la ciudadanía de la vida castrense”, señaló en entrevista.
Analistas apuntan que detrás de la ampliación de conscriptos y la reducción del tiempo de instrucción existen dos objetivos centrales:
- Mejorar la imagen de las Fuerzas Armadas ante el incremento de quejas por violaciones a derechos humanos.
- Facilitar el reclutamiento en un Ejército que requiere más personal para las crecientes tareas que ha recibido del gobierno federal en los últimos años.
Aunque la Secretaría de la Defensa Nacional no ha detallado públicamente el alcance total de esta nueva política, los cambios ya se reflejan en diferentes municipios del país, marcando una transformación relevante en la relación entre los jóvenes y la institución castrense.






