La ofrenda en el altar de muertos debe tener diversos elementos esenciales, si llega a faltar alguno, se dice que pierde un poco el encanto espiritual que rodea al patrimonio.
Desde los días 30 y 31 de octubre se cree que comienzan las visitas de los niños, entre ellos los que no fueron bautizados, siendo el día uno de noviembre cuando todos los niños llegan al altar.
La ofrenda a los angelitos debe de tener comida, pero con el cuidado de no condimentarla, algunos agregan mamilas con leche para los bebés.
Flores como el alhelí y la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura y se cree que acompañan a las ánimas de los niños y de bebés fallecidos. En algunos lugares del país se acostumbra poner caminos de pétalos que sirven para guiar al difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa.
En la ofrenda para los niños se debe adornar con juguetitos con colores alegres o peluches, pues, cuando llegan las animas de los pequeños difuntos puedan jugar como lo hacían en vida.