En Estados Unidos persiste una ola de calor desde California hasta Florida; se vive un “infierno” en Phoenix, Arizona, quinta ciudad más poblada del país, donde los termómetros han registrado temperaturas por arriba de los 43 grados centígrados, por más de 20 días, alcanzando en algunos momentos hasta 48 C.
Los habitantes del Valle del Sol en Phoenix han alterado sus horarios y hábitos, los parques y centros de juegos están desiertos, en estas vacaciones escolares, y las altas temperaturas están afectando a los negocios.
Tanto en Phoenix como en Tucson, Arizona, se han tomado acciones contra el abrasador calor, existen centros de enfriamiento donde pueden refugiarse y escapar del insoportable calor, se ha implementado la pavimentación de algunas calles con el denominado “pavimento frío”, que absorbe menos calor, y se están sembrando árboles nativos del desierto para procurar sombra.
Mientras crece el miedo en la población gracias a todas las publicaciones del calor, el cual según, nos matará o que ya no hay forma de remediarlo.
El climátologo Samuel Biener explicó a la agencia EFE que lo que está sucediendo ahora es que, como consecuencia del calentamiento global, hay ascensos “muy marcados, importantes y persistentes” de aire extremadamente cálido de latitudes muy bajas hacia latitudes muy altas.
