Durante el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, Petróleos Mexicanos (Pemex) buscará incrementar sus reservas de hidrocarburos y asegurar su reposición, además de intensificar su exploración en aguas profundas, según un documento interno de la estatal visto por Reuters. Esta estrategia también incluye el desarrollo de nuevos modelos de negocio para atraer inversión externa, un cambio significativo respecto a la política energética del sexenio anterior.
La administración de Sheinbaum plantea reactivar asociaciones con empresas privadas, un enfoque que contrasta con el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien se enfocó en proyectos de rápida producción, aunque muchos de estos registraron un declive temprano. López Obrador evitó alianzas con el sector privado, cancelando licitaciones de contratos energéticos y limitando la exploración en aguas profundas, priorizando la independencia de Pemex en el desarrollo de sus proyectos.
En contraste, el documento de Pemex detalla una expansión hacia modelos de negocio colaborativos. Este cambio busca reactivar asociaciones, como la que Pemex mantiene con la australiana Woodside Energy WDS en el campo Trión, una exploración en aguas ultraprofundas del golfo de México, firmada en 2017 bajo un contrato de licencia. En este proyecto, Woodside tiene el 60% de participación y actúa como operador, mientras Pemex, con el 40%, funge como socio financiero. Se espera que Trión, que cuenta con reservas probadas de 287 millones de barriles de crudo y 323 mil millones de pies cúbicos de gas, inicie producción en 2028.
Pemex también planea mantener la actividad exploratoria en cuencas terrestres, aguas someras y áreas cercanas a campos en producción. La empresa priorizará proyectos con alto potencial de éxito y rentabilidad, además de enfocarse en mitigar la disminución en campos y fortalecer el desarrollo de nuevos.
La estrategia de Sheinbaum apunta a mantener una producción promedio de crudo de 1.8 millones de barriles diarios durante su mandato de seis años, en un esfuerzo por estabilizar y aumentar la producción de Pemex, que actualmente promedia 1.5 millones de barriles diarios sin condensados y 1.8 millones si estos se contabilizan.
Pemex, una de las petroleras más endeudadas a nivel global, enfrenta un escenario desafiante para cumplir con estas metas, que buscan fortalecer la independencia energética del país al mismo tiempo que exploran la posibilidad de abrirse nuevamente a asociaciones con el sector privado.