La Procuraduría General de Justicia (PGJ) dio a conocer durante la semana en curso, el insólito caso de dos mujeres (madre e hija) las cuáles pudieron reunirse nuevamente después de 27 años, tras el extravío de la pequeña hija en el bosque de Chapultepec.
El extravío de Juana de apenas 3 años, quién al día de hoy es identificada como Rocío y ahora con 30 años de edad; se remonta a 1995, en donde las vidas de estas dos mujeres fueron separadas tomando rumbos distintos, hasta el día de hoy que tuvieron la posibilidad de reencontrarse.
Rocío fue reportada como desaparecida en 1995, y en ese entonces a través del Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes, conocido como CAPEA de la Procuraduría General de Justicia, se emitió un foto volante de búsqueda.
A pesar de la poca difusión e interés al caso en ese entonces, el reencuentro pudo ser posible gracias a asociaciones civiles que se sumaron a la búsqueda de Rocío, tras el eco provocado por los foto volantes emitidos al reportarse la desaparición.
En la actualidad, con ayuda de las redes sociales el foto volante de búsqueda, fue compartido haciendo resonar la búsqueda de la pequeña, hasta llegar a las manos de Rocío quien se reconoció a pesar de que en la fotografía emitida tan sólo tenía 3 años.
Fue así como Rocío y la fundación se acercaron a la Fiscalía Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas, que de inmediato inició el trabajo pericial de toma de muestras genéticas, tanto a la posible madre, como a la que podría ser su hija.
Antes del primer acercamiento madre e hija, a cada una de les explicó el procedimiento a seguir, a su vez informándoles el resultado de las pruebas genéticas las cuales arrojaron un 99.9999% de compatibilidad a fin de prepararlas para el inolvidable momento, siendo acompañadas en el reencuentro por psicólogos, peritos, médicos y personal de atención a víctimas, con la finalidad de que el suceso se encontrara en el mejor ambiente posible.