La producción de café en América enfrenta una encrucijada crítica debido a los efectos de la crisis climática y el aumento de los costos de producción, que han transformado el panorama de este vital sector. Aunque los precios internacionales han alcanzado niveles históricos, pequeños productores de países como Perú, Costa Rica y Honduras luchan por obtener beneficios justos mientras enfrentan climas extremos, altos costos y mercados volátiles.
En 2024, los precios del café han aumentado un 70% debido a factores como las sequías en Vietnam e Indonesia y las heladas que afectaron a Brasil en 2021 y 2022, que redujeron significativamente la cosecha de café arábica. A pesar de la subida de precios, la crisis climática continúa golpeando a los productores, especialmente en países como México, donde la sequía ha afectado gravemente la producción en estados clave como Chiapas y Veracruz, con una caída de más del 50% en la cosecha.
Brasil, el mayor productor mundial, enfrenta una grave sequía que podría reducir su producción en 2025. A pesar de una leve recuperación de la cosecha este año, las perspectivas para el próximo son sombrías, lo que contribuye a la volatilidad del mercado global. En contraste, Colombia, uno de los pocos países que ha logrado un crecimiento significativo, ha alcanzado cifras récord en 2024, con una producción anual de 13.41 millones de sacos, lo que representa un aumento del 21% con respecto al año anterior.
En Perú, la producción también ha caído, afectada por enfermedades como la roya amarilla y el envejecimiento de las plantaciones. Para contrarrestar esta caída, la Junta Nacional del Café ha solicitado medidas urgentes, incluyendo la renovación de 50 mil hectáreas y la creación de un fondo para apoyar a los pequeños productores.