Se le considera el líder de los ejércitos celestiales y es conocido por su papel en la lucha contra el mal y en la protección de la Iglesia.
Representado como un guerrero angelical que viste una armadura y sostiene una espada, simbolizando su papel como defensor de la fe, que lucha contra el demonio y sus fuerzas malignas. Es invocado en oraciones y rituales de protección.
Las personas tienen una devoción especial a San Miguel y le rezan para pedir protección y fortaleza en momentos de dificultad. También se le atribuyen la protección contra el mal y la ayuda en la superación de obstáculos espirituales.
A San Miguel Arcángel se le atribuyen milagros y se le considera un intercesor poderoso. Los milagros atribuidos a San Miguel a lo largo de la historia incluyen protección en momentos de peligro, curaciones milagrosas y respuestas.