El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves su negativa a participar en un nuevo debate televisado frente a la candidata demócrata Kamala Harris.
Este anuncio ocurre en un momento clave en la campaña, ya que ambos aspirantes a la presidencia, con miras a las elecciones del 5 de noviembre, están visitando los estados más competitivos del país, donde se espera que se decida el resultado final. Harris, por su parte, busca mantener el impulso que obtuvo tras su desempeño en el primer debate presidencial.
La vicepresidenta de los Estados Unidos tiene planeado realizar varios mítines consecutivos en Carolina del Norte, mientras que Trump visitará Arizona. Esto sucede dos días después de que Harris pusiera al exmandatario republicano a la defensiva durante su primer cara a cara en esta contienda electoral.
A pesar del fuerte desempeño de Harris, que fue visto por 67 millones de espectadores en el país, aún no se sabe si este hecho alterará significativamente el curso de la carrera presidencial, la cual sigue muy ajustada a menos de dos meses de la elección.
El equipo de campaña de Harris afirmó que, a sus 59 años, la candidata entrará en una fase «más combativa» en su carrera hacia la Casa Blanca, aprovechando su victoria en el debate y el ímpetu que ha generado. Asimismo, señalaron que Harris tendrá una mayor interacción con los medios, ya que desde que el presidente Joe Biden decidió no postularse en julio, solo ha concedido una entrevista televisiva.
Los eventos de Harris en Charlotte y Greensboro, Carolina del Norte, servirán para reforzar su mensaje de que el país necesita avanzar y dejar atrás a Trump, según lo expresado por su equipo.
El debate transmitido por ABC News desde Filadelfia fue una oportunidad valiosa para Harris, especialmente en un momento en que el entusiasmo inicial que la había ayudado a reducir la ventaja de Trump en las encuestas parecía estabilizarse.
