Entre el 12 y el 13 de octubre, Sinaloa vivió uno de los fines de semana más violentos del año, con un saldo de al menos 16 homicidios dolosos, según los informes diarios de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). De esta cifra, 13 asesinatos ocurrieron el sábado 12 de octubre, convirtiendo esa jornada en una de las más sangrientas desde el inicio de la narcoguerra entre facciones del Cártel de Sinaloa.
Uno de los casos más impactantes fue el hallazgo de tres cuerpos con señales de violencia en el kilómetro 122 de la Maxipista Culiacán-Mazatlán. A solo unos kilómetros, en el kilómetro 136 de la misma carretera, se encontró el cadáver en descomposición de un hombre esposado.
La noche del sábado también fue escenario de un enfrentamiento en el sector Santa Fe, al norte de Culiacán, cuando tres individuos intentaron robarle el vehículo a un agente de la Policía Estatal. El oficial, tras solicitar refuerzos, se vio envuelto en una confrontación que terminó con la muerte de los tres civiles, aunque él resultó herido.
Otro incidente destacado de esa misma jornada fue el asesinato de Kevin David, presuntamente menor de edad. El joven, que circulaba en una motocicleta cerca del Bulevar Benjamín Hill, fue acribillado por un sicario, quedando su cuerpo sin vida junto a una taquería.
El domingo 13 de octubre no estuvo exento de violencia, con al menos otros tres homicidios registrados. Entre ellos, el asesinato de un hombre en el fraccionamiento San Isidro, en Culiacán. Según las versiones preliminares, la víctima fue interceptada por varios sujetos que le dispararon en múltiples ocasiones.
Esta ola de violencia coincidió con la llegada de 450 elementos del Ejército Mexicano a Culiacán, enviados por órdenes del gobernador Rubén Rocha Moya. El refuerzo militar fue solicitado tras una reunión sostenida el 5 de octubre con Omar García Harfuch, titular de la SSPC, y otros altos mandos, como el general Ricardo Trevilla Trejo de la Sedena, y Gerardo Mérida Sánchez, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa.
