Elementos de la Policía de Investigación (PDI) de la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí lograron la detención de Feliciano “N”, señalado como presunto responsable del delito de trata de personas con fines de explotación sexual en agravio de una adolescente.
De acuerdo con las investigaciones, los hechos ocurrieron en mayo pasado en el municipio de Xilitla. La víctima, una niña de 14 años, fue sometida a diversos abusos por parte del detenido, quien además convenció a un familiar de la adolescente de permitirle llevarla consigo a cambio de una remuneración económica.
Posteriormente, Feliciano “N” trasladó a la menor a la ciudad de Parras, Coahuila, donde la mantuvo bajo amenazas y la obligó a realizar actos sexuales en su contra. Gracias a las labores de investigación de la Fiscalía Especializada en Materia de Derechos Humanos, se logró obtener una orden de aprehensión en contra del presunto responsable, quien fue detenido en la comunidad de Santa Ana de Matehuala.
Luego de una larga odisea, María terminó en el municipio de Matehuala, donde estuvo retenida en el Centro Caprino de Matehuala durante varias semanas, viviendo en condiciones insalubres. Su captor la agredió de diferentes maneras y la amenazó con matarla si es que se atrevía a internar escapar o a buscar ayuda. “Si te quieres escapar, te voy a matar, te voy a enterrar y nadie va a saber ni dónde vas a quedar” le reiteraba el agresor.
María estuvo encerrada en una pequeña habitación que apenas tenía una cama vieja, no tenía baño ni servicios básicos y rara vez comía adecuadamente. Ante la falta de higiene y la pésima atención, la niña contrajo piojos y pulgas. En el lugar, según cuenta la propia víctima, había ropa de mujer de diferentes medidas y estilos, lo que hace suponer que fueron varias las víctimas que estuvieron en ese mismo sitio viviendo un calvario sin que nadie pudiera apoyarlas.
El Centro Caprino de Matehuala, inaugurado en 2016 por Juan Manuel Carreras y Pepe Nava, entonces gobernador y presidente municipal, respectivamente, no ha generado un beneficio tangible para Matehuala ni para el Altiplano. Por el contrario, según la evidencia actual, el lugar opera lejos de su propósito original de comercializar ganado caprino y ahora es señalado como un espacio utilizado para la comisión de delitos graves, como el secuestro y la violencia contra niñas y mujeres.