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Cuotas voluntarias en escuelas desatan polémica

El regreso a clases siempre viene con un debate que parece no tener fin, el de las famosas cuotas escolares. La ley dice que son “voluntarias”, pero en la realidad de algunos planteles de, se sienten más como una obligación. Esto ha desatado una división entre los padres, hay quienes piensan que es necesario pagar para que se dé mantenimiento a las escuelas y sus hijos estudien en un lugar decente y los que defienden que la educación pública no debería costar ni un solo peso.

Aunque ya no se acostumbra a condicionar la inscripción mediante el pago de estas, sigue siendo muy común ver solicitudes de “cooperación” en las reuniones de padres de familia.

Hay padres que no lo dudan, pues saben que si no ponen de su bolsillo, las escuelas simplemente no funcionan. Para ellos, es una forma de asegurarse de que haya papel de baño, que se repare una ventana rota o que haya una luz en los salones. Ven estas cuotas como una ayuda mutua para mantener las escuelas de sus hijos en buen estado.

Pero, por otro lado, hay familias que ven esto como un abuso, no entienden por qué deben pagar por un servicio que, por ley, es gratuito. Para ellos, el Estado es el que debería encargarse de todo y no pasarle la responsabilidad a los padres, que muchas veces no tienen ni para lo más básico.

Así, mientras los padres de familia se organizan para resolver las necesidades más urgentes, el dilema sobre quién debe pagar por la educación pública sigue sin resolverse. La incertidumbre persiste, y la pregunta sobre si estas cuotas son una ayuda voluntaria o una obligación disfrazada, permanece en el aire año tras año.