Don Melchor López, un hombre de manos callosas por el trabajo y sonrisa cálida, ha encontrado en la Plaza 10 de Mayo su segundo hogar. Desde hace tres meses, este matehualense se encarga de darle vida a este emblemático espacio, convirtiéndolo en un pulmón verde en el corazón de la ciudad.
Antes de convertirse en el jardinero de la plaza, Don Melchor laboraba en el rastro municipal. Sin embargo, el destino lo llevó a esta nueva encomienda, donde ha encontrado una satisfacción distinta. “Cuando llegué, la plaza estaba bastante sucia”, recuerda con nostalgia. Pero con paciencia y dedicación, Melchor ha logrado transformar este espacio en un lugar limpio y agradable.
Cada mañana, antes de que el sol asome por el horizonte, Melchor ya se encuentra en la plaza. “Me gusta empezar temprano para ganarle al sol y para que la gente que sale a hacer ejercicio o a llevar a sus hijos a la escuela encuentre la plaza limpia y bonita”, comenta. Con su escoba y rastrillo en mano, barre cada rincón, poda los árboles y recoge la basura que, desafortunadamente, algunos ciudadanos dejan tirada.
Su labor no ha pasado desapercibida. Los vecinos de la colonia y los visitantes de la plaza reconocen el esfuerzo de Don Melchor y le agradecen por mantener este espacio en óptimas condiciones. “La gente me saluda y me dice que la plaza se ve muy bonita”, expresa con orgullo.
Sin embargo, Melchor también tiene una petición: “Les pido a todos que cuiden la plaza. Que no tiren basura y que tengan cuidado con las áreas verdes. Muchos traen a sus perros y los dejan hacer sus necesidades, y eso ensucia mucho”.
Don Melchor es más que un trabajador municipal, es el alma de la Plaza 10 de Mayo. Su dedicación y amor por su trabajo han convertido este espacio en un lugar de encuentro y convivencia para los matehualenses.