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El Mezquite: Un súper árbol

¿Cuál es el secreto de la carne asada? ¿Cuál es el secreto para cocinar rico? ¿Protección contra la erosión de los suelos sonorenses? ¿Refugio? ¿Material para construcción? ¿Alimento? ¿Aire acondicionado? ¿Sombra? Si, todas estas preguntas tienen en común una respuesta: El Mezquite, ¡el súper árbol!

El mezquite es uno de los árboles que ha hecho posible el desarrollo del Noroeste. A menudo me preguntan “¿Qué árbol me recomiendas?” Y una de las 30 opciones sustentables que más respondo es: El mezquite. Es un árbol noble ya que solo lo cuidas dos años, y después, solo sobrevive con las lluvias. Es decir, es muy sustentable, es un árbol que se postra y dice “Pues venga todo”. Sol infernal, sequía, lluvia, heladas, viento, etc.

Ahora todos los árboles dan sombra, pero, la más fresca de las sombras son las de un mezquite, ¿por qué? Por su efecto “Cooler”. Su sombra es semidensa y sus hojas muy pequeñas, pero de a miles, lo cual le permite el paso de la mínima brisa, dando lugar al fenómeno del “enfriamiento evaporativo”. Solo basta comprobarlo cualquier mes de verano, en cualquier punto urbano de las ciudades en el desierto el calor es tan brutal que pocas personas pueden resistir más de una hora bajo los ultras intensos índices de radiación solar, pero, es otro boleto debajo de un mezquite. Ahí en ese refugio uno puede estar confortable y prácticamente todo el día. 

A propósito, a veces me pregunto, ¿cuándo haremos justicia diseñando la parada de autobuses urbanos con mezquites y no con puro acero y concreto? (Futuros arquitectos: tip para tesis)

En la arquitectura del paisaje de estas latitudes, el mezquite es uno de nuestros mejores aliados porque además de ser ornamental, es un arma bioclimática de primer orden. Muy a menudo se le ve en el monte en “survival mode” y muchas personas lo discriminan por verse seco, gris, con poco follaje y muchas ramas, etc. Pues bien, agarremos una benjamina y la plantamos en el monte; en menos de un mes se verá seca, gris, con poco follaje y muchas ramas; y al segundo mes estará al borde del colapso; al tercer mes, “it’s gone, my friend”. A diferencia de un mezquite, éste resistirá mucho más, y bien, un mezquite irrigado (poco más de lo que recibe de la lluvia en el monte) se pondrá frondoso, vigoroso, y con una sombra espectacular.

Cifras increíbles:
Consumo anual de un área de césped de 65m2 = 110,460 litros
Misma área 65 m2 ocupada por la sombra de un mezquite adulto, consumo anual = 27,937 litros

Conclusión: NECESITAMOS MENOS CESPED Y MAS MEZQUITES.

Artículo cortesía de Lupita Mejía

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