Los abrevaderos que son utilizados en las comunidades del altiplano para dar de beber a los animales y el riego de algunos cultivos lucen secos y se agrava la situación en el campo.
Los estanques de muchas de las comunidades de la región se encuentran vacíos y son el sinónimo de la sequia que azota al altiplano.
“Es un mal panorama, solo nos queda encomendarnos a Dios, que nos mande el agua, del gobierno ni hablar, no hay el apoyo, los animales se nos están muriendo, no hay ya donde darles agua y los pastos lucen secos, no podemos alimentar nuestro ganado” señaló Mario Medellín de la comunidad de El Herrero.
En un recorrido pro las comunidades del sur de Matehuala se constato que los estanques muestran las huellas de la falta de lluvia y la alarma se encendió entre los ganaderos y agricultores ante la escasa lluvia.