La comunidad de Matehuala fue testigo de un peculiar evento culinario en una kermés organizada para recaudar recursos con el fin de continuar con las obras de la construcción de las torres de la Catedral. El protagonista indiscutible fue el Padre Carlos Eduardo Rodríguez Rodríguez, quien, con delantal en mano, se encargó de un puesto de comida que rápidamente se convirtió en el favorito de la jornada. En el menú había opciones para todos los gustos: hamburguesas, hot dogs, buñuelos, tamales, gelatinas, pasteles, fresas con crema, aguas frescas, café y atole. Sin embargo, fueron las hamburguesas las que robaron el protagonismo.
Desde temprano, los asistentes no resistieron la tentación de probar las famosas hamburguesas del Padre Carlos, cuya reputación comenzó a crecer rápidamente entre los visitantes. Para sorpresa de todos, y del propio Padre, las hamburguesas se agotaron a las 12 del día, dejando a más de uno con ganas de repetir.
El éxito de estas hamburguesas no se debió solo al sabor, sino también al entusiasmo y al poder de convencimiento del Padre Carlos, quien logró atraer a decenas de personas con su carisma y simpatía. La combinación de ingredientes clásicos, el toque especial del padre y la buena energía que se respiraba en la kermés hicieron de este puesto el más popular del evento. El secreto para enamorar los paladares y venderlas “como pan caliente”, confesó, se debe a que su receta es de Dios.
Entre el bullicio, las risas y el ambiente festivo, los a s i s t e n t e s también disfrutaron de hot dogs y una variedad de dulces y postres que completaron la experiencia. Así, el evento no solo fue un éxito en términos de recaudación, sino también una muestra de unidad y alegría para la comunidad de Matehuala, donde hasta el Padre Carlos demostró que la fe y la cocina pueden ser una mezcla ganadora.