Con 90 años de estar operando, los Billares Estrello, de Matehuala, S. L. P., mantienen la tradición de congregar a los amantes de jugar al billar, mientras conviven con otros matehualenses.
En entrevista reciente con el locutor José Paz Villanueva Contreras, Héctor Estrello Reyna, propietario del billar, contó los inicios del negocio, mientras que recordó el Matehuala del ayer, en una transmisión de la estación Oye 105.5 FM, dentro del programa “Memorias de nuestra gente”, que se publica en Facebook y por sus diferentes plataformas.
Billares Estrello está localizado en la esquina de Juárez y Bustamante, en un edificio que en uno de sus arcos tiene grabada la fecha de su construcción “20 de agosto de 1884”, por lo que ya tiene 138 años.
Es una edificación hecha con materiales de la región como caliche, cuartón (sillar) y madera en sus pisos; tiene arcos romanos y era utilizado como asiento de un negocio; su padre Nicéforo Estrello lo adquirió en los años treinta para poner un billar.
En aquellos años operaba las 24 horas, por lo que contaba con una planta de luz y los clientes principales eran los mineros que laboraban en las industrias locales.
El local del billar antes abarcaba toda la esquina y tenía cinco meses de billar; ahora sólo cuenta con tres, las cuales tienen más de 100 años y aún cuentan con placas de su fabricación en Estados Unidos.
Al frente del billar aún se puede observar un imponente edificio donde tenían las oficinas su abuelo paterno, Melchor Reyna Martínez, que tenía el centro comercial más importante del norte de San Luis Potosí, sur de Nuevo León y Zacatecas.
El negocio tenía el Cine Princesa, fábrica de pastas y chocolates, y recolección leche y huevo. “Era el World Trade Center de Matehuala”, dijo Estrello Reyna, en tono de broma.
CENTRO COMERCIAL DE MATEHUALA
Señaló que la actividad comercial se concentraba en la calle Juárez, entre Bustamante y Constitución. “Matehuala era un centro comercial grandísimo”, dijo y recordó que en el negocio llamado “La Mano Verde” era una importante fábrica de calzado.
Algunos de los lugares históricos de esa zona era la llamada “Caja de Agua”, localizada en Xicoténcatl y Libertad, que servía para abastecer de agua potable a los matehualenses.
Dijo que los billares son el punto de encuentro para platicar de los señores mayores; es como un “jardín de la distracción” a donde van a diario a “pasar lista” como en la escuela.
Al billar lo bautizó como “templo de la sabiduría”, porque acuden personas con experiencia en distintos ramos: comerciantes, albañiles, electricistas, ingenieros, profesores, licenciados, campesinos, etc.
Recordó que al billar acuden los candidatos para puestos populares cuando andan en campaña; otros de los que recuerda que asistieron al local fueron los artistas que actuaron en uno de los Festivales del Desierto.
Señaló que un día hizo una propuesta de aprovechar el ramal ferroviario Matehuala-Cedral-Vanegas como atractivo turístico, con un recorrido a un zoológico en La Cabra o en el Ojo de Agua; en Cedral, con otra visita a un sitio de interés, y también en Vanegas, pero no fue posible su realización.
EL JUEGO DEL BILLAR
En el billar fundado por su papá Nicéforo Estrello se practican diferentes juegos, como el 15, la bolita, el 8, el 7, el 9 y el tradicional pool. Algunos de los jugadores destacados son: Salvador Grimaldo “Chava”, Cornelio, originario de Los Guajes, y Francisco, de Las Trojes.
En ese momento de la transmisión arribó “Chava”, quien tiene alrededor de 40 años jugando billar y dio una demostración de cómo se juega el pool. “Chava describió la mesa, como semiprofesional, de 8 pies, pues la profesional cuenta con 9 pies.
Estrello Reyna dijo que después de vivir en Estados Unidos regresó por el amor que le tiene a su terruño; sus hijos son profesionistas y espera que alguno de ellos siga la tradición de atender el billar.
Durante la entrevista, arribó al billar su hermano Nicéforo Estrello Reyna, quien también ha regresado de Chicago para pasar una temporada en Matehuala.
En Chicago ha residido por más de 40 años, allá estudió para tornero, profesión que combinó con su afición al futbol, primero en la Tercera División del futbol en Estados Unidos, luego lo llamaron a un equipo alemán y a un equipo griego, en la Liga Mayor, donde militó siete años. Jugando como delantero, recibió el reconocimiento por anotar 100 goles.
Así la vida pasa en Matehuala, entre el ir y venir de los transeúntes de la calle Juárez, y algunos que se aventuran a entrar en los Billares Estrello, si no para jugar, sí para saludar a sus paisanos.