Mucho se habla del maltrato del que son víctimas miles de mujeres, pero existe, en la otra cara de la moneda, el sufrimiento del que son presa, en el Altiplano, más de un centenar de hombres, violentados por sus esposas y que, de acuerdo a datos oficiales, muchos prefieren callar o abandonar las denuncias.
El tema se torna delicado, en la Fiscalía de Matehuala, existen, del 2018 a la fecha, 106 denuncias interpuestas por hombres por el delito de violencia familiar, específicamente derivadas de maltrato por sus parejas, pero aún se tiene cierta vergüenza en la sociedad masculina de ser víctimas de este delito y terminan por retirar las demandas.
Hasta el momento no se tienen datos de que existan muertes a causa de esa situación pero las agresiones que sufren las víctimas son de consideración, algunos hombres han ido a parar al hospital por la seriedad de los golpes.
En esta situación se vive algo similar al de la violencia contra las mujeres, los violentados suelen mantener la relación a pesar de las constantes agresiones y eligen continuar con el calvario de ser maltratados constantemente.
Entre las 106 denuncias se encuentran 35 que corresponden a menores de edad, quienes han acudido en busca de ayuda, es decir, un 33 por ciento de estos casos corresponden a uniones jóvenes, por lo que se cree, pueda incrementar este delito en los próximos años.
Debido a que este tipo de agresiones no son comunes, los afectados sienten pena al expresar el maltrato que viven; en la Fiscalía de Matehuala se quedan inconclusos los procesos de demanda por solicitud de los denunciantes.
Las cifras oficiales no reflejan la cantidad exacta de esta problemática social, existe conocimiento de casos donde el agredido prefiere soportar su forma de vida y no acudir a las instancias correspondientes para recibir la orientación y el apoyo que ponga fin a su situación familiar.
