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Imparte el profesor Leopoldo clases de Civismo y amistad

Nació en Aguascalientes, se considera duranguense por adopción, pero su principal actividad educativa la desarrolló en Matehuala, donde es un querido maestro, el Profr. Leopoldo Luévano Guardado.

En una entrevista reciente, con el locutor José Paz Villanueva Contreras, el educador contó parte de su historia de más de 50 años en Matehuala, en una transmisión de la estación de radio Oye 105.5 FM, del programa “Memorias de nuestra gente”, que se publica en Facebook y por sus diferentes plataformas.

El Profr. Leopoldo tiene 81 años de edad, pues nació el 7 de diciembre de 1940 en Rincón de Romos, Aguascalientes, donde aprendió sus primeras letras en la escuela primaria.

Prosiguió en Durango sus estudios en la Escuela Práctica de Agricultura José Guadalupe Aguilera, que luego se convirtió en la Escuela Secundaria Vocacional Agrícola y después en la Escuela Normal Rural, de donde egresó como maestro rural.

Ejerció la docencia en escuelas rurales de Comonfort, San Miguel de Allende y Salamanca, en el Estado de Guanajuato, y en Aguascalientes, antes de llegar a Matehuala.

Recordó que llegó a Matehuala el 21 de septiembre de 1971 a laborar en la Escuela Secundaria Federal No. 1, que después sería llamada “Francisco Zarco”, donde duró 21 años, pues se jubiló el 1 de noviembre de 1992.

En ese entonces cursaba sus estudios en la Normal Superior de Puebla en la especialidad de Ciencias Sociales, por lo que impartía las materias de Educación Cívica, Historia de México e Historia Universal, y en ocasiones también impartió las materias de Biología y Español.

También dio clases en la Escuela Secundaria Nocturna para Adultos “Adalberto Tamayo López” que estaba ubicada frente al templo del Santo Niño.

Cuando era Directora de la Escuela Secundaria Federal la Profra. María Teresa Álvarez Diez se lanzó una convocatoria para escoger el nombre de la institución.

Propone nombre Francisco Zarco

El maestro Leopoldo propuso el nombre Francisco Zarco, periodista liberal, político e historiador originario de Durango, a quien tenía mucha admiración, y ganó su sugerencia, ante nombres de potosinos ilustres como Ponciano Arriaga, que luego fue tomado en cuenta para nombrar así a otra secundaria; ambas de gran tradición en Matehuala, pues la primera ya festejó sus 80 años.

Sobre el derecho a la libertad de expresión periodística de Zarco, recordó la frase de Voltaire: “No podré estar de acuerdo con lo que tú digas, pero defenderé hasta la muerte el derecho que tienes a decirlo”.

Recordó cómo era la “Ciudad de las Camelias” en1971: “Era un Matehuala tranquilo. Un Matehuala sano. Un Matehuala limpio. Sus calles eran empedradas. Desde que yo llegué me dio la fortuna de habitar una casa por la calle de Madero en el 224, y luego de allí me vine a vivir en el 404”.

El profesor señaló que en entorno social del cual formaba parte había personas muy finas. “Era una sociedad muy respetuosa”, declaró enfático.

Con gran memoria, trajo del pasado los nombres de sus primeros vecinos: José María Loera, Aniceto Cruz, Daniel Lara Correa, doña Amparo Cázares, don Francisco Grimaldo y su esposa doña Julia.“Unas personas finísimas”, entre ellas don Luciano Medina Tobías y su esposa doña Julia Rueda y sus hijas Silvia, Alicia y Marthita, así como sus hijos Luciano y Juanito.

Cuando llegó ya estaba casado y en Matehuala nació su hijo Juan José Luevano Rodríguez y tiene otro hijo de crianza de nombre Josué de Ángel.

De la segunda vivienda, donde actualmente aún vive, recordó a don Tomás Cossío, doña María Elena Castillo, don Jesús Castillo, Rafael Pantoja, 

José Luis Valadez Castellón y su esposa María Dolores Sías; también Bulmaro Vázquez, carpintero duranguense con quien tuvo una gran amistad.

En el año de su llegada a Matehuala, recordó que el Presidente Municipal era el Dr. Eduardo Rocha Pérez.

Lamenta actual comportamiento

Haciendo una comparación sobre el comportamiento de los estudiantes de 1971 con los de ahora, dijo: “ Los medios de comunicación han, si pudiera ser propio el término, desfigurado la personalidad ética de los educandos. No se compara el educando de 1971, y toda la década de los 70 e inclusive de los 80, con los educandos del día de hoy. Ha habido políticas erróneas a nivel federal que le han restado autoridad y respeto al maestro… y a los padres de familia”.

“Esa idea de los derechos humanos, nomás el nombre tiene. Fue ideada con muchos accesos para proteger al victimario y no a la víctima”, remató en su hablar con gran parsimonia.

Entre sus alumnos destacados figuran: el notario público Moisés Sánchez Aguilar, Iván Estrada Aguilar, Felipe Rodríguez Grimaldo, Dr. Filemón Carrillo Zamudio y Nicolás Rueda Leyva, entre otros.

Entre sus compañeros maestros, personal docente, administrativo y manual mencionó a Humberto Moreno Mendoza, Sergio Ugalde, Emilio Nochebuena González, Juan Amaya González Cedillo, Juan Francisco Rangel Cárdenas, Miguel Ángel Yrízar Ruiz, Luis Sánchez Armijo, José Enrique García Lara y Heleodoro Huerta Barrón, entre otros.

Al mencionar que el civismo se ha convertido en una actividad y no en una clase académica, el profesor mencionó las fechas cívicas y otras fechas que las escuelas deben de observar, como fiestas tradicionales, entre ellas el Día de las Madres, el Día del Maestro, el Día de Muertos o la Navidad.El Profr. Luévano Guardado es Decano de la Masonería, con 52 años de pertenecer a la Logia Masónica Luz de Matehuala No. 12, que recientemente festejó su 110 aniversario; en el 2002 fue Venerable Maestro de la institución.

“¿Qué le falta por hacer?”

Pregunta el locutor entrevistador Villanueva Contreras casi para concluir la entrevista.“Me falta tener la preparación psicológica y espiritual para enfrentarme, sin temor al todopoderoso, cuando éste me mande llamar”, fue su respuesta.Aunque tiene poesías de su autoría, para signar la entrevista opta por declamar “Cultivo una rosa blanca”, del cubano José Martí:

“Cultivo una rosa blanca, en julio como ene enero, para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni oruga cultivo, cultivo una rosa blanca”. 

Así terminó la entrevista con el Profr. Leopoldo Luévano Guardado, en un ambiente en el que imperó la enseñanza, el civismo, las frases célebres, la fraternidad y la poesía.

El autor es Cronista Honorario de la Asociación Estatal de Cronistas Municipales de Nuevo León “José P. Saldaña”, A.C. 

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