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La importancia de los adultos mayores en la sociedad

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, duplica el número de personas mayores de 60 años frente a la cifra que había en 1980. Además, si se proyecta para 2050, habrá casi 395 millones de personas de 80 años, es decir, cuatro veces más que ahora. Entonces, con este panorama claro, si no reconocemos la importancia de los adultos mayores en la sociedad, ¿qué tipo de mundo esperamos tener?

Es imposible no reconocer la importancia de los mayores en la sociedad. No hay un mundo justo, equilibrado, sabio, proactivo sin garantizar relaciones de intergeneracionalidad claras. Y en ese contexto en el que los niños, los jóvenes, los adultos y los ancianos tienen un valor en sí mismos y también en la relación con las demás generaciones, la importancia de los ancianos es aún mayor cuando se les reconoce como pilares de la sociedad.

Existe la idea errónea de que a partir de los 65 años debemos dejar de realizar ciertas actividades o desistir de aprender cosas nuevas. Esto hace que veamos el envejecimiento como una etapa que es mejor aplazar.

Por este motivo, es fundamental respetar a los adultos mayores y reconocer que son un grupo heterogéneo y diverso. Además, es importante destacar el valor de los ancianos, no solo por su papel activo en la sociedad, sino también por todas las lecciones de vida que podemos aprender de las personas mayores, gracias a su experiencia y sabiduría.

Aunque el prejuicio dice que en la tercera edad solo sufrimos un deterioro de nuestras capacidades, hay cualidades que se ganan o se refuerzan con el paso de los años. Un ejemplo es la paciencia, una habilidad que escasea en la juventud, pero que podemos aprender de las personas mayores.

Entre muchos beneficios, la paciencia nos permite:

•Controlar la ansiedad y el estrés.

•Mayor seguridad al tomar decisiones.

•Prevenir o reducir las adicciones.

•Evitar emociones negativas, como la ira y la frustración.

•Aumentar el equilibrio emocional y la salud mental.

Todo esto muestra lo necesario que es ser paciente para nuestra vida diaria y escuchando a las personas mayores podemos conseguirlo.

Otro de los aspectos en los que mejoramos con la edad es la capacidad diferenciar entre lo que es necesario y lo que es prescindible, ya que la experiencia nos ayuda a saber qué merece realmente la pena. Por este motivo, valorar y dedicar tiempo a lo importante es una actitud que podemos aprender de las personas mayores.

Asimismo, si conseguimos conocer aquello que tiene valor para nosotros, podremos enfrentarnos a las adversidades sin exagerar su gravedad. De esta forma, seremos capaces de relativizar nuestros problemas, es decir, disminuir la importancia de los inconvenientes que surjan en nuestra vida. Esto puede ayudarnos a prevenir trastornos como ansiedad, angustia, estrés o, incluso, depresión.

En resumen, valorar y respetar a los ancianos es necesario para aceptar la tercera edad como una etapa inevitable, pero no negativa.

Aunque el envejecimiento es un proceso irreversible contra el que no podemos luchar, los mayores nos enseñan cómo superar las adversidades de la vida y aprovechar esta etapa para seguir aprendiendo, viajar, apreciar las cosas importantes y disfrutar de nuestra familia y amigos.

De hecho, gracias a la experiencia adquirimos toda una serie de conocimientos y valores que nos ayudan a superar el día a día y a ser mejores. Por esto, es fundamental escuchar y aprender de las personas mayores, ya que son una fuente de experiencia y sabiduría.

Estefanía López Paulín

Contacto: psc.estefaniapaulin_uaslp@hotmail.com

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