La tranquilidad del ejido Rancho Nuevo, en el municipio de Matehuala, se vio interrumpida por un voraz incendio forestal que consumió aproximadamente 12 hectáreas de vegetación. El siniestro, que se desató el pasado 27 de febrero, movilizó a un gran contingente de cuerpos de emergencia, quienes trabajaron arduamente para controlar las llamas y evitar una catástrofe mayor.
El incendio se propagó rápidamente debido a las condiciones climáticas adversas, con altas temperaturas y fuertes vientos que avivaron el fuego. La vegetación seca, producto de la sequía que azota la región, sirvió como combustible para que el siniestro se expandiera.
Ante la magnitud del incendio, se desplegó un operativo en el que participaron elementos de Protección Civil, Bomberos de Matehuala y la Brigada de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) Región Altiplano. La coordinación entre las diferentes dependencias fue crucial para contener el avance del fuego y proteger las zonas aledañas.
Las labores de combate se prolongaron durante varias horas, en las que los brigadistas realizaron brechas cortafuegos y utilizaron herramientas especializadas para sofocar las llamas antes de que causara daños mayores. No se reportaron personas lesionadas ni viviendas afectadas.