La frustración crece entre los habitantes de Charcas, pues a pesar de la promesa de un relleno sanitario y del respaldo público del gobernador de San Luis Potosí, la alcaldesa Marisol Nájera no ha tomado ninguna acción para iniciar el proyecto. La comunidad se siente defraudada al ver que el tiradero a cielo abierto no solo persiste, sino que se expande, convirtiéndose en un símbolo de la inacción del gobierno municipal.
El gobierno del estado ha manifestado su disposición a apoyar y financiar la obra, lo que elimina cualquier excusa de falta de recursos. Sin embargo, Marisol Nájera no ha presentado ningún proyecto a los ciudadanos para mostrar su compromiso con el cuidado al medio ambiente y a la salud de los habitantes. La incongruencia entre las palabras y los hechos es evidente para los ciudadanos, quienes ven día a día cómo la contaminación les causa daños.
La falta de un relleno sanitario ha provocado un efecto aún más grave como los basureros clandestinos por todo el municipio. La basura se arroja en zonas rurales y baldíos, creando nuevos focos de contaminación y haciendo más difícil su control. Estos sitios ilegales también representan un riesgo directo para los mantos acuíferos. A pesar de que el Congreso del Estado le hizo un llamado a la alcaldesa a que actuara contra esta problemática, la solicitud fue ignorada.
Fotografías y testimonios de los vecinos documentan la cruda realidad del basurero, mientras que a pesar de tener todo el apoyo a su favor, la administración municipal de Charcas sigue permitiendo un foco de infección que se expande todos los días. La promesa de un manejo responsable de residuos parece haber quedado en el olvido; mientras el problema sigue creciendo sin control, la alcaldesa se burla de los habitantes, la accesibilidad del gobernador y las peticiones de los diputados.
