Enfundado en su mandil de cajero, el diputado, Jano Segovia sorprendió a la gente que salió a las calles a pedir su calaverita en la muy popular noche de Halloween.
De pronto la frutería Poca Luz, se vio a abarrotada por chicos y grandes que encontraron en ese lugar el mejor punto del recorrido.
La entrega de dulces se volvió una tradición desde hace varios años, cada año los niños esperan la llegada de este día para llenar sus bolsas y calabazas de los regalos que reciben del propio diputado.
Los pequeños se fueron felices a continuar con su recorrido por las calles céntricas degustando de los caramelos de la Poca Luz.